Édgar Villanueva

Dilema del keikismo: ¿cola de ratón o cabeza de león?

“Despacito (…) Esto hay que tomarlo sin ningún apuro” (canción de Luis Fonsi).

Dilema del keikismo: ¿cola de ratón o cabeza de león?
Édgar Villanueva
13 de febrero del 2018

 

Los fujimoristas radicales de Fuerza Popular proclaman estar a favor de vacar a PPK. “No hay razones que hayan modificado los fundamentos de la vacancia anterior… hay más evidencias que justificarían una nueva moción para sacar a PPK” afirman. Pero siendo mayoría no formulan su moción; al contrario, han corregido mociones del Frente Amplio o de Nuevo Perú, estos dos en carrera frenética para ganar votos a futuro. Esto ya es parte de un juego para ampliar espacios electoreros o satisfacer sed de venganzas.

La gente no cree que muchos de quienes fomentan la caída de PPK sean santos. La percepción generalizada es que todos están tanto y hasta más desprestigiados que el amenazado por su guillotina. Lo que no significa que el pueblo no exija al Presidente  que aclare, de la A a la Z, todos los graves cargos por corrupción que se le imputan desde su gestión como ministro toledista. Lo que nadie quiere, salvo los ultras que no creen en la democracia, es que el país se vaya al abismo.

Parecía que la suerte estaba echada contra PPK, Y este ayudó, seguro que mal aconsejado por quienes lo asesoran, cuando evidenció los pasos tácticos a dar; por ejemplo: ¿cómo explicar que el Presidente —teniendo la prerrogativa de ser quien señale día, fecha, hora y lugar para recibir a la Comisión—, diga que lo hará recién “después de escuchar a Barata”? Si esa era parte de su estrategia para preparar su defensa ¿para qué generar la percepción de que está rehuyendo a su compromiso? ¿No bastaba que señalara que recibiría a la Comisión en marzo? Las tácticas nunca se publican, se aplican. PPK debería recuperar credibilidad, no perderla. Al Gobierno le falta brújula, dice cosas que no debe y muestra una escasa articulación política para confrontar a sus “vacadores”.

Pero así como el oficialismo está errático, también lo está el keikismo. Debilitado por la salida de los albertistas, se ha concentrado en evitar más fugas tratando de aislar a Kenji y alentando —su sector más radical— una nueva vacancia contra PPK. El Mototaxi se ha quedado principalmente en control de daños; y respecto a la vacancia su mayor dilema coyuntural es apoyar o no la moción de Nuevo Perú (o hacer una multipartidaria) ya que en Nuevo Peru hay gente con rabo de paja y relacionada a Susana Villarán, las agendas de Nadine y Verónika Mendoza, los arrumacos con Gregorio Santos y su plan que suma vacancia a la convocatoria de nuevas elecciones y, de yapa, convocatoria a una Asamblea constituyente. Así, los radicales del Mototaxi, trabajan, “sin querer queriendo”, en pared con Nuevo Perú. De su lado, el sector moderado del keikismo apuesta al non plus ultra de la vacancia que signifique sucesión constitucional para que Vizcarra asuma la presidencia. El keikismo está en pleno dilema. La vacancia está momentáneamente en stand by, pero se reactivará pronto. La estrategia gobiernista no se ve clara (con bolas acerca de enfrentamientos internos incluidas) y la declaración del secretario general de la OEA le ayuda poco, así que necesitará pasos audaces y mucha transparencia de PPK para conjurar esta intentona. Los “vacadores” quieren contar con 87 votos y ¡ya!

Está por verse cual corriente se impone en FP; ahora que el Apra, por obvias razones, se opone a la vacancia y Acción Popular (AP), por cálculo político, se niega apoyar “por ahora” esa moción y plantea “un dictamen previo de la Comisión Lava Jato”. Una fórmula a la que se podría sumar Alianza Para el Progreso (APP), con lo que le quitarían el piso a la moción y le daría un balón de oxígeno a PPK.

El Gobierno no puede hacerse ilusiones, porque la cosa no terminará ahí. La declaración de Barata complicará a muchos, incluidos funcionarios corruptos de la época humalista y que aún siguen en la administración pública pasando piola . También se alborotará el gallinero con lo que resuelva la CIDH, si se toma en cuenta la seña que acaba de dar al ordenar el archivamiento de la denuncia contra miembros del TC. Si prosigue esa línea, su resolución sobre el indulto express será una bomba contra el Gobierno y contra los albertistas. En buen romance, el laberinto no termina y tenemos crisis para rato, mientras el país luce paralizado sin vanguardia política, pese a los esfuerzos de Aráoz (sin mayor ayuda). Sobre los albertistas, ya “fueron” su viñetas y figuritas de “Vengadores”. La política es tener mensaje alternativo y actuación práctica, y allí no hay nada de eso.

Finalmente esta crisis política aún está en las alturas. El pueblo no dice todavía su palabra en las calles, y la vacancia o renuncia del Presidente también dependen de ese factor ¿Qué harán los oficialistas y sus opositores en esta hora de ratones que quieren jalar vagones y de leones, con sangre en el ojo, que juegan a ser cola de ratones?

 

Édgar Villanueva
13 de febrero del 2018

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