David Auris Villegas
Día Internacional de la Alfabetización
Bajo el lema de “Promover la alfabetización en la era digital”

Al despertarme y ver en los medios la celebración del Día Internacional de la Alfabetización, evoco a mi abuelito leyendo los periódicos y a mi madre contándonos cuentos. Ellos fueron los auténticos arquitectos de mi alfabetización, porque con sus lecturas y narraciones me enseñaron a leer el mundo, pues no basta leer y escribir en la escuela, es vital tener visiones y perspectivas de vida.
En pleno siglo XXI, saturado de tecnología, desbordado de conocimientos e interconectado por internet, hablar de analfabetismo debiera ser un anacronismo; pero lamentablemente es nuestra dura realidad, aunque usted no lo crea, como diría el actor estadounidense Jack Palance. Según la Unesco, en 2024 alrededor de 750 a 760 millones de jóvenes y adultos son analfabetos.
Frente a esta cifra demoledora, los gobiernos necesitan priorizar la inversión educativa y declarar a esta época como el siglo de la alfabetización global. Como enfatizó Audrey Azoulay, directora general de la Unesco: “La alfabetización es más importante que nunca para satisfacer las necesidades de las sociedades cada vez más globalizadas y de los mercados laborales en constante evolución”.
Desde 1967, la Unesco conmemora cada 8 de septiembre el Día Internacional de la Alfabetización, y este año bajo el lema: «Promover la alfabetización en la era digital». Así nos recuerda que la humanidad cuenta con su poderosa aliada, la tecnología digital, una herramienta decisiva capaz de erradicar el analfabetismo, pero, requiere estar acompañada de políticas sostenidas, inclusivas y de largo plazo para su efectiva ejecución.
Aunque no existe un pacto contra el analfabetismo, podemos asumir como compromiso global los lineamientos del ODS 4 de la ONU, las recomendaciones de la Unesco, la iniciativa de Unicef y el Pacto Global Educativo del Vaticano, pues de poco servirá la tecnología sin una verdadera política de alfabetización global.
Estas iniciativas solo serán viables con una inversión constante y estratégica. En lugar del despilfarro económico en armamentos, los gobiernos requieren redirigir sus presupuestos hacia la educación universal, en alianza con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el BID y los bancos nacionales, en defensa de la equidad y la dignidad humana.
Conscientes de que la alfabetización es un derecho humano fundamental, en esta era de inteligencia artificial nuestra responsabilidad es garantizar, como acto de justicia, que todos aprendan a leer y escribir.
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