Después de la elección

“Castillo juega al fraude”, titula la portada de Perú 21 del jueves 27 de abril. “Si pierdo llamaré al pueblo a las calles'', declara el candidato Castillo. A su vez en su cuenta de Twitter, el 1 de mayo Vladimir Cerrón declara: “Tras este debate la distancia se amplía, si esto no se refleja en las encuestas y presentan un empate técnico o lo contrario, estamos asistiendo al preámbulo de un fraude. El pueblo es testigo”. Si a esto le sumamos lo grave que resulta que Castillo no reconozca la legitimidad del JNE y por lo tanto el resultado de las elecciones (si este le fuera adverso), se está justificando el llamado a la insurgencia popular.

Los debates entre candidatos son una demanda y un derecho de los ciudadanos para conocer a quienes pretenden gobernarnos; este derecho ciudadano debería ser obligatorio y no opcional. Un candidato que nos imponga el silencio, la censura, que carezca de equipo y se niegue a transparentar y confrontar sus planes es un dictador que nos niega el derecho a estar informados. Olvidémonos de la libertad de prensa en un gobierno comunista.

El sistema democrático está siendo usado. Y como afirmamos, solo será respetado en la medida que les dé el triunfo, de lo contrario la amenaza de la insurgencia social está lanzada; “Si las fuerzas del orden despliegan 10,000 efectivos nosotros responderemos con 100,000 militantes” declara Castillo rotundamente.

Recuerdo la madrugada del día 17 de julio de 1992 en que salí a entrenar ciclismo y decidí visitar la cuadra dos de la calle Tarata, donde unas horas antes, y en plena hora punta, los terroristas de Sendero Luminoso habían hecho explotar casi una tonelada de anfo en pleno corazón de Miraflores. El resultado fue la muerte y mutilación de decenas de civiles inocentes. He visto la foto de la senderista Martha Huatay, quien purgó 20 años de cárcel por este atentado, acompañada de Pedro Castillo, así como de otros personajes condenados por terrorismo. Me pregunto entonces si el JNE es solo una mesa de parte encargada del proceso electoral, o si deberían estar entre sus competencias identificar y valorar a los candidatos, evitando de esta manera la infiltración de terroristas, corruptos y mentirosos.

¿Cómo se ha permitido que una agrupación política presente un plan de gobierno cuyas propuestas atentan contra la constitución y el sistema democrático? Cuando la cúpula senderista fue capturada, en una brillante operación de inteligencia, recuerdo que Abimael Guzman le dijo al general Ketín Vidal que la ideología maoísta leninista y el pensamiento Gonzalo estaban dentro de su cabeza, y que esa ideología asesina no había muerto ni estaba capturada. Tenía razón Abimael, el senderismo se cambió de nombres y cambió de táctica: Socorro Popular, Movadef y Conare mantienen la misma ideología. Creo que el voto por ira, así como el ausentismo, se deben revertir ante la amenaza que representa el totalitarismo comunista. Por lo tanto, creo que Keiko debe ganar la segunda vuelta.

Si después de la elección el comunismo o las huestes senderistas desconocen su derrota y llaman a marchas, paros, huelgas, toma de carreteras, y boicotean las exportaciones mineras y promueven la violencia y la desobediencia, ¿cómo va a responder el Estado? Son cincuenta días hasta la toma de mando del nuevo gobierno. ¿Pensará Sagasti románticamente que estamos ante el legítimo derecho a la protesta de jóvenes inconformes de la generación del bicentenario? ¿O pensara que son marchas reclamando legítimas reivindicaciones sociales. No señor, estamos advertidos; estaríamos enfrentando un escenario anárquico con un marcado tinte senderista.

¿Cuál es el plan de contingencia de la administración Sagasti ante este posible escenario? ¿El ministro Elice Navarro tiene preparado un plan de emergencia? ¿Irá la Policía Nacional desarmada a enfrentar la insurgencia, con fiscales intimidándolos? Si hay víctimas, ¿será acusada nuevamente? ¿Cuál será el papel de la prensa en esta situación? ¿Serán una vez más voceros de la violencia y promotores de las marchas?

Sendero está vivo, está presente y es un grave riesgo, gane o pierda las elecciones.