Manuel Gago

Desinformación, la estrategia de las tiranías

Contagiados y muertes por coronavirus ascienden

Desinformación, la estrategia de las tiranías
Manuel Gago
03 de mayo del 2020


El presidente Martín Vizcarra ha señalado en su informativo de mediodía –verborrea al estilo de Nicolás Maduro– que no permitirá que los corruptos salgan de las prisiones para evitar ser contagiados de coronavirus. Vizcarra señaló como antecedente –según él– los denominados narcoindultos atribuidos al segundo gobierno de Alan García. Con esto Vizcarra se hace parte de la maquinaria de desinformación del marxismo y la izquierda peruana. El humalismo inventó 5,000 casos de indultos vinculados al narcotráfico para señalar a García como el candidato del narcotráfico. No obstante, la realidad es otra: el Poder Judicial solo procesó 16 casos y sentenció a un funcionario: Facundo Chinguel. 

Vizcarra miente como Alejandro Toledo. Semanas atrás, el mandatario anunciaba que la expansión de la pandemia del coronavirus estaba controlada. Sin embargo, Pilar Mazzetti, ahora jefa del Comando de Operaciones Covid-19, y el ministro de salud, Víctor Zamora, señalaron que el número de infectados es mayor al informado por Vizcarra. Incluso Zamora llegó a decir fríamente que la gente morirá en las calles y en sus casas, para luego anunciar la conformación de un comando de levantamiento de cadáveres. Un equipo que tampoco existiría. Un video muestra cadáveres abandonados y embolsados sobre camillas en la vía pública alrededor del Hospital Hipólito Unanue (Lima).

Una investigación realizada por IDL-Reporteros desmiente a Vizcarra. Indica que al 24 de abril, el número de personas fallecidas como consecuencia del Covid-19 es tres veces más de los reportados por el Ministerio de Salud (Minsa). “Y mucho mayor a la cifra de muertos registrados en todo el país”, señala el informe. Curiosamente, después de los señalamiento de Mazzetti, Zamora e IDL, las cifras de contagiados y fallecidos se sinceraron. 

Días atrás, Francisco Nugent, ex director del Lugar de la Memoria (LUM) –monumento útil para mejorarle la imagen al homicida Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso (PCP-SL)–, señaló en el diario La República que le llamaba la atención “la ausencia absoluta de gestos de humanidad de las grandes fortunas del país”. En el actual contexto mundial, la declaración tiene un contenido político: desinformar y condenar, como hace Vizcarra con el caso de los narcoindultos. En todo caso, el historiador, sociólogo, psicoanalista y profesor universitario no ha sido riguroso con las palabras y, además, muestra desconocimiento. 

La Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) ha donado al Estado peruano 500,000 pruebas para la detección del coronavirus. Asimismo, la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep) propicia fondos entre sus asociados para destinarlos a enfrentar el coronavirus. El Banco de Crédito del Perú inició el programa #yomesumo, que ha logrado recaudar más de S/ 50 millones. Otras instituciones privadas aportan de manera individual fondos y bienes para el mismo fin. Es decir, si prospera la iniciativa del columnista Iván Arenas, de instalar una Comisión de la Verdad sobre todo lo acontecido en la lucha contra el coronavirus en Perú –como la Comisión de la Verdad y de la Reconciliación (CVR) que propició la creación del LUM, al que Nugent tuvo que renunciar– el ex director del LUM quedaría por las patas de los caballos, y Vizcarra como un Toledo en versión mejorada. 

Que un comunista cualquiera haga señalamientos con cargas políticas es comprensible y no asombra. La estrategia del marxismo y de las izquierdas es generar desconfianza en la población. Parte de la lucha revolucionaria, según los manuales de cualquier partido comunista, es restar credibilidad a los partidos políticos e instituciones públicas, que además se desprestigian por sí mismas. Para el comunismo todo vale en el intento de destruir el sistema democrático y de mercado libre, incluso la utilización política del coronavirus. La consiga es acumular contradicciones sociales para crear climas de violencia en la sociedad, hasta alcanzar la ingobernabilidad: sumatoria de procesos subversivos. Sin embargo, en este escenario, es nula la capacidad de confrontación de los partidos políticos que se opondrían al marxismo y a las izquierdas. 

El sistema no fracasa. Fracasan los operadores del sistema por peleles, timoratos, perezosos, insensatos, populistas, faltos de audacia e imaginación, frívolos, cleptómanos y acomplejados con la inversión privada, aquellos que no extienden su participación en la lucha contra el coronavirus. El Estado gasta a manos llenas e impone un monopolio festejado por los socialistas. Más intervención del Estado para desde allí deformar la realidad.

Manuel Gago
03 de mayo del 2020

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