Desarrollo económico y social

¿Se puede conseguir un mejor país si se permite que profesores mediocres vuelvan a las aulas? ¿Se puede superar la pobreza intergeneracional sin preparar adecuada y competitivamente a nuestros niños y jóvenes? ¿Se puede brindar una educación eficiente cuando gran parte de nuestros colegios públicos corre el riesgo de colapsar ante la eventualidad de un movimiento sísmico de magnitud? ¿Se puede enseñar y capacitar a la juventud para que construyan un mejor país para ellos y los suyos si las instituciones educativas no cuentan con el equipamiento adecuado? 

¿Se puede brindar un servicio de salud eficiente a la población sin proporcionar los recursos económicos que se necesitan? ¿Se puede evitar la fuga de profesionales de la salud formados en el país cuando no se les ofrece oportunidades convenientes para brindar sus servicios a la población? ¿Se podrá atender una nueva emergencia sanitaria si se presenta otra pandemia o debemos resignarnos a que la cifra de fallecimientos supere las 240,000 víctimas como sucedió con el covid-19? 

¿Se puede mantener limpias las ciudades cuando los municipios no reciben el pago de los servicios públicos porque sus vecinos se van quedando sin empleo? ¿Se puede mejorar la calidad de vida de la población sin construir un sistema adecuado que evite la pérdida de agua potable entre las plantas de potabilización y las viviendas de los pobladores? ¿Se puede ahorrar la pérdida de tiempo en el servicio de transporte público? ¿Se pueden mejorar las carreteras para que el abastecimiento de alimentos hacia las ciudades mejore, disminuyendo el costo del flete y, por lo tanto, de los precios de los productos? ¿Se puede mejorar el sistema de carga y descarga siempre que se desarrolle infraestructura logística adecuada?

¿Se puede mejorar la calidad de vida de los pobladores altoandinos si se facilita el acceso de sus productos hacia los mercados de consumo masivo? ¿Se puede mejorar la conectividad del país para que todos dispongan de internet, proveyendo mejores oportunidades para todos? ¿Se puede generar mayor energía aprovechando las caídas de agua desde las alturas de nuestra cordillera? ¿Se puede construir un sistema de trasvase de agua de la cuenca amazónica hacia la cuenca del océano Pacífico para irrigar la árida costa? ¿Se puede emplear un sistema similar al anterior para que el sur andino disponga de agua para todas sus actividades productivas?

¿Se puede combatir de manera eficiente a la delincuencia cuando la Policía Nacional del Perú carece de los recursos necesarios para su adiestramiento operativo y equipamiento que resulte disuasivo frente a la criminalidad? ¿Se puede hacer un análisis objetivo de las potencialidades del territorio para dejar de preguntarnos acerca de lo que se puede hacer y empezar a narrar que es lo que estamos haciendo para contar con ese país que todos anhelamos?

El Perú tiene enormes potenciales, desde su ubicación geográfica en el centro del continente sudamericana, que mira hacia la cuenca del océano Pacífico, convirtiéndolo en el hub natural para el acoderamiento de buques súper post-panamax, así como del transporte aéreo de carga y personas. También tiene una variedad enorme de productos agrícolas cuyo volumen de producción podría multiplicarse si regulamos el agua dulce disponible en los ríos, lagos y lagunas.

La clave siempre será escoger cual es el potencial que podría gatillar el desarrollo socioproductivo del Perú, esa actividad se denomina minería. Próximos a la inauguración de la 36 Convención Minera a llevarse a cabo en la ciudad de Arequipa, se presenta otra oportunidad para que las autoridades impulsen el desarrollo minero en esa región y en todo el país, porque la minería genera para el Perú la mayor fuente de ingresos y divisas que resultan indispensables para edificar una sociedad más segura y dispuesta a asumir el reto del desarrollo.