David Auris Villegas
Desafíos para la universidad en este 2025
Debe impulsar la responsabilidad ciudadana y moral
Perú, una sociedad marcada por la sobreestimación y la superficial meritocracia basada en papeles, enfrenta el desafío de transformar sus universidades. Estas instituciones están obligadas a formar profesionales capaces de asumir los retos de un mundo ferozmente creativo y competitivo. En mi columna anterior reflexioné sobre siete desafíos que las universidades deben superar si pretenden mantenerse como el faro del siglo XXI. Una época de gran revolución tecnológica que nos conduce hacia una ventana desconocida, según Michel Bernard.
Ha llegado el momento de que las universidades peruanas se conviertan en poderosos aliados de los municipios, los gobiernos regionales y otras entidades del Estado. Esta acción ayudará a optimizar la gobernanza centrada en mejorar la vida de las personas.
De igual manera, la internacionalización es una táctica académica que facilita alcanzar el progreso nacional, segun afirma Hans de Wit. Contar con portales webs bilingües de las universidades atrae la presencia de académicos extranjeros y facilita las alianzas con instituciones rankeadas a nivel global.
La investigación, la ciencia y la innovación son otros retos que nos planteó Deng Xiaoping. Esto implica priorizar la investigación experimental y promover la transferencia de tecnología, a fin de transformar con prontitud nuestras materias primas en productos elaborados.
Como señala Andrés Oppenheimer y otros pensadores, las universidades están obligadas a formar más ingenieros en informática, en robótica. En un mundo digitalizado tienen que masificar su labor académica en la esfera digital, con el propósito de hacer accesible para todos.
Las universidades han de romper su tradicional formación teórica, por un aprendizaje más productivo. Al respecto, Elon Musk reclama una educación que desarrolle las capacidades cognitivas de los estudiantes basados en la práctica en lugar de las teorías.
Otro gran reto reside en potenciar el capital humano. Uno de los componentes para alcanzar esta meta son los profesores. Por lo tanto, es imprescindible implementar una evaluación rigurosa a nivel nacional, con el propósito de seleccionar a los profesores universitarios más competentes.
Por otro lado, es importante educar individuos más solidarios en un entorno altamente conflictivo. Impulsar la responsabilidad ciudadana y moral, bajo el enfoque del "sentipensar," es esencial hacia una convivencia respetuosa.
Estos desafíos permitirán a las universidades formar personas que puedan pensar a lo largo de toda su vida en beneficio de la sociedad, con miras a construir un país desarrollado.
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