Jorge Varela

Democracia de espectadores

Técnicas neoliberales de poder

Democracia de espectadores
Jorge Varela
25 de noviembre del 2025

 

Byung-Chul Han sostiene que, según Marx, las fuerzas productivas (la fuerza de trabajo, el modo de trabajo y los medios de producción), en un determinado nivel de su desarrollo entran en contradicción con las relaciones de producción dominantes (de propiedad y dominación). Para Marx esta contradicción se elimina mediante la lucha del proletariado contra la burguesía, generando el orden social comunista. Han no está de acuerdo con esta afirmación. 

 

El capitalismo ha mutado en neoliberalismo

El surcoreano discrepa de la tesis de Marx. Han dice que “no es posible superar la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones productivas mediante una revolución comunista. Es insuperable”. En su opinión, el capitalismo, precisamente por esta condición intrínseca de carácter permanente, escapa hacia el futuro. Es así cómo, “el capitalismo industrial muta en neoliberalismo o capitalismo financiero con modos de producción posindustriales, inmateriales, en lugar de trocarse en comunismo. “El neoliberalismo, como una forma de mutación del capitalismo, convierte al trabajador en empresario”. El neoliberalismo, y no la revolución comunista, ha eliminado a la clase trabajadora sometida a explotación ajena. “Hoy cada uno es un trabajador que se explota a sí mismo en su propia empresa. Cada uno es amo y esclavo en una persona”. En la actualidad es estructuralmente imposible la ‘dictadura del proletariado’. La antigua lucha de clases se ha transformado en una lucha de cada uno contra sí mismo. Estamos pues en otra fase, en otra época.

 

La época psicopolítica digital

“Subimos a la red todo tipo de datos e informaciones sin saber quién, ni qué, ni cuándo, ni en qué lugar se sabe de nosotros. Este descontrol representa una crisis de la libertad que se ha de tomar en serio”. Minuto a minuto nos exponemos al desnudo sin ningún tipo de coacción ni norma. “Nos dirigimos –de acuerdo a su argumentación– a la época de la psicopolítica digital que avanza desde una vigilancia pasiva hacia un control activo. El Big Data es un instrumento psicopolítico muy eficiente que permite adquirir un conocimiento integral de la dinámica inherente a la sociedad de la comunicación. Se trata de un conocimiento de dominación que permite intervenir en la psique y condicionarla a un nivel prerreflexivo. “El Big Data permite hacer pronósticos sobre el comportamiento humano. De este modo, el futuro se convierte en predecible y controlable. La psicopolítica digital transforma la negatividad de la decisión libre en la positividad de un estado de cosas. La persona misma se positiviza en cosa, que es cuantificable, mensurable y controlable. Sin embargo, ninguna cosa es libre…El Big Data anuncia el fin de la persona y de la voluntad libre”. 

“Todo dispositivo, toda técnica de dominación, genera objetos de devoción que se introducen con el fin de someter. Materializan y estabilizan el dominio…El smartphone es un objeto digital de devoción…La dominación aumenta su eficacia al delegar a cada uno la vigilancia. El me gusta es el amén digital. Cuando hacemos clic en el botón de me gusta nos sometemos a un entramado de dominación. El smartphone no es solo un eficiente aparato de vigilancia, sino también un confesionario móvil. Facebook es la iglesia, la sinagoga global (literalmente, la congregación) de lo digital”. (“Psicopolítica”)

 

Sociedad o dictadura de la transparencia

Antes de efectuar el análisis de diferentes formas de manifestación del poder, Han nos introduce en una visión de la sociedad de la transparencia, en la cual la libertad y la comunicación ilimitadas se convierten en control y vigilancia totales. Tanto “la red digital como un medio de libertad ilimitada… como también los medios sociales se equiparan cada vez más a los panópticos digitales que vigilan y explotan lo social de forma despiadada”. Quienes acceden al panóptico digital “se comunican intensamente y se desnudan por su propia voluntad”. Participan de forma activa en la construcción de dicho panóptico. “La sociedad del control digital hace un uso intensivo de la libertad. Es posible solo gracias a que, de forma voluntaria, tienen lugar una iluminación y un desnudamiento propios”. Así, la entrega de datos no sucede por coacción, sino por una necesidad interna. Ahí reside la eficiencia de este panóptico que reclama transparencia en nombre de la libertad de comunicación. 

 

Una democracia de espectadores

Según Han, el neoliberalismo ha convertido al ciudadano en consumidor. La libertad del ciudadano ha cedido ante la pasividad del consumidor. “El votante, en cuanto consumidor, no tiene un interés real por la política. Solo reacciona de forma pasiva… refunfuñando y quejándose, igual que el consumidor ante las mercancías y los servicios que le desagradan. Los políticos y los partidos también siguen esta lógica del consumo,…y se degradan a proveedores que han de satisfacer a los votantes en cuanto consumidores o clientes” (Psicopolítica). 

“La transparencia que hoy se exige a los políticos es todo menos una reivindicación política. No es la reivindicación de un ciudadano con iniciativa, sino la de un espectador pasivo. La sociedad de la transparencia que está poblada de espectadores y consumidores, funda (en definitiva) una democracia de espectadores”.

Jorge Varela
25 de noviembre del 2025

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