Ángel Delgado Silva

Cuando la percepción derrota a la realidad

Una coalición minoritaria se impuso en el Congreso

Cuando la percepción derrota a la realidad
Ángel Delgado Silva
23 de noviembre del 2020


La segunda semana de noviembre del 2020 será recordada como la del triunfo avasallador de la imagen mediática sobre la realidad política. Entre el inicio y su desenlace, la vorágine de los acontecimientos engendró una deriva absolutamente contraria a los propósitos originales. Lo que comenzó con la deposición, casi unánime, de un mandatario objetivamente corrupto (incluso para los detractores de la vacancia), concluyó con un sorprendente giro político en la correlación de fuerzas existentes. 

¿Cómo fue posible este cambio radical de circunstancias? ¿Por qué el resultado fue opuesto al objetivo? Ciertamente por la fuerza comunicativa de los mass media en esta época. Pero también por la existencia de cierto público dócil, apto para impresionarse con mensajes impregnados de la llamada posverdad. 

La posverdad contemporánea no se remite solamente a la sofística de los antiguos griegos, a la mentira verosímil. Es más que eso. Implica un desprecio total por el valor cognitivo de la realidad. Se estima que lo percibido es manipulable, a discreción, por los oligopolios informativos. A lo que se suma el apoyo que replica noticias irreflexivamente, por las tupidas redes sociales. 

Gracias a este ardid, la aplicación del Art. 115º de la Constitución –que dispone la asunción de la Presidencia vacada por el titular del Congreso– se percibe como “golpe de estado”. En cambio, el encumbramiento de Sagasti por el mismo Parlamento e idéntico procedimiento (pese a las repartijas), resulta plenamente constitucional.

¿Cómo entender tamaño desafío a una lógica tan elemental? Pues lamentando que el principio de realidad ya no importe en la política criolla. Que la argumentación racional sea irrelevante frente a la desfachatez de la grita alentada mediáticamente. Que no haya espacio para la persuasión dialógica, pues el fanatizado interlocutor está bloqueado para discernir. ¡O escuchar siquiera! 

Pero la cosa no queda ahí. La percepción que pone lo real de cabeza pretende, además, transformarlo. Quiere que los hechos se acoplen a lo percibido y no al revés. Eso explica que los congresistas, que multipartidariamente votaron la vacancia de Vizcarra, 72 horas después, asustados y contritos pidiesen al unísono, la renuncia de Merino. ¡Increíble! La fuerza mediática y la movilización callejera les causó tremenda culpa. Y así las bancadas mayoritarias cedieron su hegemonía en el Congreso. 

En efecto, la percepción modificó la realidad política. En pocos días, sin mediar revolución, AP y ApP, partidos mayoritarios en el Congreso, entregaron su poder a la coalición minoritaria del PM y el FA. El voto popular que, hace 10 meses, ungió mayorías y minorías fue vilipendiado por la convergencia del poder mediático más una calle espectáculo. ¡Bienvenidos a la posmodernidad! Ahora será factible acceder al Gobierno sin las reglas de la democracia representativa.

Ángel Delgado Silva
23 de noviembre del 2020

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