Carlos Arnillas Denegri

Concertación para la gobernabilidad

Crisis política podría ser una gran oportunidad

Concertación para la gobernabilidad
Carlos Arnillas Denegri
25 de octubre del 2018

 

Han transcurrido más de dos años desde que Peruanos por el Kambio asumió el poder gracias a un ajustadísimo triunfo sobre Fuerza Popular. Lo sustantivo de esas elecciones fue que el 80% de peruanos apostó por un régimen liberal, alejado de extremismos, ratificando su confianza en un sistema económico que durante los últimos veinticinco años permitió que el Perú evolucione en democracia.

Sin embargo, esa fe de los peruanos se fue convirtiendo progresivamente en desilusión, causada por la inútil confrontación política entre el Ejecutivo y el Legislativo. Una confrontación que, hace unos meses, precipitó la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski, envuelto en dudas y escándalos de corrupción. Y que ahora le está pasando factura a Fuerza Popular, con el juicio que enfrenta su principal lideresa, Keiko Fujimori Higuchi, por presunto lavado de activos, entre otras acusaciones fiscales.

El mensaje de Martín Vizcarra —en julio pasado— convocando a un referéndum y anunciando la reorganización del sistema de justicia —muy venida a menos en nuestro país— le hizo recuperar el respaldo popular. Y paradójicamente, puso contra las cuerdas a la oposición, que se empeñó tercamente en obstaculizar todo intento de cambio propuesto por el actual mandatario.

Como consecuencia de ello, el Presidente cuenta hoy con un respaldo del 61% de la opinión pública, y Keiko Fujimori apenas raspa el 10%. Crítica situación que ha generado desconcierto y desbande en Fuerza Popular, donde se confunden militantes, invitados y aliados circunstanciales de un movimiento político que ve comprometidas sus posibilidades electorales en el futuro inmediato.

Lo que parece una crisis —aparentemente insalvable— podría convertirse en una oportunidad para solucionar los problemas políticos que enfrenta el Perú en la hora presente. Siempre y cuando los elementos pensantes de las principales fuerzas políticas decidan ponerse de acuerdo para hacer viable la gobernabilidad, pensando en los intereses del país y no en los caprichos subalternos que los han llevado a perder legitimidad ante una indignación popular creciente.

Esperemos que el revés político de Pedro Pablo Kuczynski y Keiko Fujimori, por no saber interpretar la voluntad del pueblo que los eligió abrumadoramente, sirva como ejemplo para quienes hoy conducen las riendas del país. Es hora de que reflexionen y gobiernen pensando en los intereses del país y no en los propios, porque el poder es efímero si no hay capacidad para conservarlo.

Es necesario que el Poder Judicial y el Ministerio Público dejen de lado la influencias políticas subalternas y se enfoquen en desarrollar su trabajo profesionalmente y en forma transparente. Y que sancionen la corrupción y los delitos de toda índole, con la independencia y autonomía que la verdadera justicia impone.

El Ejecutivo debe orientar sus esfuerzos a puntos claves como la lucha contra la corrupción y la inseguridad ciudadana, la mejora de los sistemas de salud pública, la optimización de los servicios de educación y el desarrollo de las obras de infraestructura productiva, entre otros temas que duermen en la agenda gubernamental.

El Congreso, por su parte, tiene que abocarse a las reformas políticas pendientes, como una nueva ley electoral y otros dispositivos claves para mejorar el sistema de administración de justicia y modificar las normas jurídicas que la obstaculizan (como la figura de la flagrancia), etc. Por otro lado, es urgente mejorar los requisitos para la selección de jueces y fiscales idóneos, así como otras leyes que permitan consolidar nuestra institucionalidad.

El tiempo se hace corto y pronto estaremos celebrando el bicentenario de nuestra Independencia. Esta circunstancia histórica obliga a un diálogo para que el 28 de julio del 2021 festejemos dicho acontecimiento en un país con sólida democracia y bienestar ascendente. Todo ello es posible si existe voluntad y espíritu patriótico; pero sobre todo, entendimiento entre los que hoy nos gobiernan.

 

Carlos Arnillas Denegri
25 de octubre del 2018

COMENTARIOS