Arturo Valverde

Con botas o sin botas

Los autoritarismos pueden ser silenciosos

Con botas o sin botas
Arturo Valverde
23 de junio del 2021


La detención de opositores al régimen presidido por el dictador Daniel Ortega en Nicaragua, entre ellos aspirantes presidenciales y periodistas, afirma la vocación autoritaria de quienes son parte del eje chavista, que en los últimos años se ha implantado en nuestra región latinoamericana.

Aunque nuestro territorio patrio no colinde con aquella república, quienes abrazamos el apostolado de la libertad y la democracia no podemos ser ajenos a lo que sucede en tierras nicaragüenses. Nuestro continente, bendecido con toda clase de riquezas, a lo largo de su historia fue el botín del autoritarismo. Y hoy, con la pandemia apagando la vida de muchas familias, a la necesidad de conseguir oxígeno y vacuna, se suma la necesidad de respirar en libertad. 

En el ámbito de las relaciones internacionales, la postura que asuma el siguiente gobierno peruano, después de que conozcamos al ganador de las elecciones generales, marcará también la posición de nuestro país en la región respecto al chavismo. Por el momento, la vicepresidenta de Nicaragua –Rosario Murillo, cónyuge del dictador– saludó la victoria del candidato de Perú Libre, Pedro Castillo, quien además fue felicitado por los presidentes de Bolivia y Argentina. 

Leo lo que sucede en Nicaragua: las detenciones de precandidatos a la presidencia, los periodistas obligados a abandonar su país. Y aunque me tilden de alarmista o falto de juicio, pienso si acaso nuestro país anduvo o anda por el mismo camino.

Con botas o sin botas, los autoritarismos pueden ser silenciosos en ocasiones, y seguramente existen un sinfín de métodos para silenciar una voz opositora. Si en lugar de colocar tanques en la puerta de los locales de los partidos políticos, se denuncian a estas agrupaciones como organizaciones criminales, ¿es autoritarismo solapado? Si son retirados de una contienda electoral bajo argumentos administrativos, ¿es autoritarismo? Si algún constitucionalista inventa la manera de usar la ley en contra de la democracia y clausurar el parlamento, ¿es o no autoritario? Si se encarcela a un candidato presidencial bajo el argumento nicaragüense de incitar un golpe de Estado, ¿lo considerarían como tal? 

El periodista Carlos Fernando Chamorro (según información que recojo del portal web del diario El Comercio, del 22/06), ha denunciado que “después del allanamiento policial” a su vivienda el lunes, “tres vehículos con civiles a bordo mantuvieron vigilancia afuera de la casa de su madre, la expresidenta, hasta la mañana de este martes”.

Queridos lectores, quiero recordarles que basta que un solo ciudadano no pueda ejercer su libertad de expresión sin temor a sufrir algún tipo de represalia por parte de quienes ostentan el poder para afirmar que en dicha sociedad no existe un pleno respeto a la libre opinión. Aquí o en Nicaragua, como en cualquier parte del mundo, debemos tener en claro que el autoritarismo no siempre calza botas.

Arturo Valverde
23 de junio del 2021

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