Darío Enríquez

Combatir al socialismo estatista y empobrecedor

Si no damos la batalla cultural, más temprano que tarde cundirá la violencia

Combatir al socialismo estatista y empobrecedor
Darío Enríquez
04 de enero del 2023


Ha circulado en los últimos días una cita de Carl Sagan, a propósito de la resistencia a aceptar que hemos sido engañados. Otra cita, esta de Mark Twain, dice algo similar: “Es más fácil engañar a la gente que convencerla de que han sido engañados”. Gran diversidad de comentarios se ha provocado en redes sociales en referencia a lo que Carl Sagan denomina “una de las lecciones más tristes de la historia: si se está sometido a un engaño demasiado tiempo, se tiende a rechazar cualquier prueba de que es un engaño”.

Esto lo apunta Carl Sagan en su ensayo “El Mundo y sus demonios”, y lo repite en uno de los capítulos de su serie Cosmos. El gran científico y divulgador no hablaba en específico de socialismo, sino de ciencia e historia. Sin embargo, es claro que aplica a todo caso en que se persiste en un error, pese a la enorme cantidad de evidencias en contra. Basta ver a tanta gente "educada" que ha celebrado el 64 aniversario de la tiranía socialista cubana. Casi ninguno de ellos siquiera hace matices ni ensayan críticas tibias o proponen posibles mejoras. Su adhesión militante a ese gran engaño político, económico y social es absoluta, ciega y fanática. Se trata sin duda de casos “sociosiquiátricos”.

El socialismo real, estatista y empobrecedor, proviene de la pretensión de un falso determinismo histórico y el falaz carácter científico del socialismo. El engaño es evidente. Lo "mejor" del socialismo son sus intenciones, pero su fracaso es estruendoso y generalizado en todos los continentes, todas las culturas, todos los contextos, todos los tiempos. El socialismo real tiene desastrosos resultados, pero es en el que siguen creyendo quienes no reconocen el sinnúmero de evidencias. La versión reciclada populista pretende por enésima vez, vender la divina pomada del "verdadero" socialismo.

Si buscamos soluciones a los graves problemas de nuestro país, desde una necesaria honestidad intelectual, estas soluciones deben alejarse del socialismo. Desde el poder, el socialismo pretende cambiar a la fuerza la propia naturaleza humana. Hay cambios que se dan de manera progresiva y espontánea, algunos positivos y otros negativos, eso es natural. Pero en ese esfuerzo por homogeneizar e imponer su pensamiento único, todos los socialismos que persisten, se vuelven tiranías. Sin excepciones.

Hay quienes toman a mal que se digan estas cosas y hasta se sienten insultados y ofendidos. Aunque la verdad ofenda, para mi la búsqueda de la verdad sigue siendo un valor supremo. Debemos hacer prevalecer la verdad. Nada personal, solo búsqueda de la verdad. Si lo hacemos con sinceridad e integridad, siempre ganaremos. Si demuestran que estamos equivocados, ganaremos en acercarnos más a la verdad. Si nosotros estamos en lo cierto, confirmaremos nuestras ideas.

Si buscas honestamente soluciones, debes tener en cuenta la casuística abundante de países que se desarrollaron y vencieron a la pobreza. Ninguno lo hizo con mayores controles ni con estados hipertrofiados. Todos lo hicieron apostando por un comercio lo más libre posible según su contexto, con apoyo a emprendimientos e impuestos moderados, con servicios estatales eficaces que por lo general no compiten con sector privado sino que lo complementan o actúan por subsidiariedad. Que evitaron la economía ficticia de subsidios y bonos, promoviendo competencia y empleo en mercado abierto. Ningún país ha progresado de otro modo. Otra cosa es que una vez, luego de desarrollar y haber vencido a la pobreza, hayan aplicado políticas de estado expansivo, mayores controles e incluso impuestos confiscatorios. Su desarrollo y riqueza les ha permitido cometer tales errores, pero las crisis les van mostrando un necesario camino de retorno. Por eso la enseñanza clave para economías comparadas: "No hagas lo que hacen los países desarrollados hoy que lo son, debes ver lo que ellos hicieron para ser desarrollados". Esto es ciencia empírica, deductiva y formal. No es ideología.

Suecia supo tomar el camino de retorno, recuperando gran parte de ese capitalismo que lo hizo desarrollado. Su socialismo fracasó, pero supo recomponerse sin perder los avances sociales logrados con sostenibilidad. Lo más interesante del Capitalismo es la gran cantidad de matices y adaptaciones exitosas, por supuesto sin abandonar principios. En el socialismo, las disidencias acaban en cárcel, fosa común o manicomio.

Se dice que China es un país socialista (comunista) desarrollado. Las 13 zonas de excepción sí lo son. Cada una cuenta como un país. Pero el resto se encuentra en un limbo rural cercano al siglo XIX. Algo con lo que no cuenta China es la mínima asimetría que muestran países desarrollados en todo su territorio. Salvando la enorme distancia entre ellos y nosotros, ese fenómeno también nos afecta. Basta con verificar esos bolsones de pobreza aún irreductibles en nuestros espacios rurales.

Desde la visión moral de la economía que nos enseñó Adam Smith, sí importan las formas en los procesos de crecimiento y desarrollo. Desde las ideas de la Libertad, siempre se ha cuestionado esa parte de la historia chilena en dictadura. Fueron apenas 12 años, frente a los 24 de democracia, en los que Chile estuvo a punto de ser un país desarrollado. Ahora se encuentra en involución. Se demuestra que no es necesario incurrir en autoritarismo para iniciar el proceso virtuoso de crecimiento y desarrollo. La casuística es abundante. Sin embargo, China y Vietnam, entre otros, mostrarían paradójicamente, que el socialismo es el camino más sangriento hacia el capitalismo.

¿Por qué tratamos repetidamente estos temas? El objetivo es claro. Que la verdad sea cada vez mejor difundida y defendida. Hay aún mucha gente que apuesta por ideas equivocadas y esas ideas tienen resultados funestos. Debemos repetirlo tantas veces como sea necesario. Quienes defendemos vida, libertad y propiedad como valores civilizatorios fundamentales, tenemos hoy todo en contra. Ellos han controlado la educación de los niños y adolescentes, también gran parte de la educación superior. Es una batalla cultural que debemos ganar porque de otro modo ellos aplicarán impunemente y sin resistencia sus principios de "la violencia es la partera de la historia" y "el poder nace del fusil". Si no combatimos hoy en el terreno de las ideas, cuando apliquen "Patria o Muerte" ya será tarde y nosotros seremos los condenados a muerte. Nuestro Perú se encuentra en este momento sometido al nefasto proyecto de ideologías violentistas que invocan una variante socialista “originaria”. Pretenden ponernos de rodillas. No pasarán.

Darío Enríquez
04 de enero del 2023

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