¡Colombianos, miren al Perú de Castillo!

Si las elecciones presidenciales colombianas se realizaran mañana, entonces Gustavo Petro sería el nuevo presidente de Colombia. Semejante dato no puede ser baladí para los peruanos. Si Petro gana y Colombia pasa a ser gobernado por la izquierda, la geografía política de Sudamérica giraría hacía la izquierda, con islas democráticas como Ecuador y Uruguay. Y habría que mirar al detalle lo que sucede con el gigante Brasil, país cuya visión es atlántica y no pacífica, de allí que su influencia en los países andino es superflua.

Si Petro gana, también gana Maduro porque tendría un socio cercano, un socio vecino. Gana Cuba y gana Pedro Castillo. No solo eso, el mundo transita por dos crisis: la energética y de suministros, que podrían generar una subida en el precio del barril de petróleo. Algunos especialistas indican que el precio del crudo podría llegar a US$ 80 en diciembre y escalar a US$ 150 en los próximos meses. Maduro se frota las manos. 

La izquierda sudamericana entonces podría toparse con otro ciclo de precios altos en materias primas. El cobre ya llegó a US$ 4.80 la libra, y Castillo podría recibir tanto dinero para desarrollar sus políticas populistas. Veremos qué sucede.

Petro tiene todas las oportunidades intactas de ganar las elecciones en Colombia. De momento, el ex alcalde de Bogotá sabe muy bien manejar la comunicación política. Está en campaña permanente desde su derrota frente al actual presidente Duque. No tiene partido político institucionalizado porque la izquierda posmoderna confía más en los medios que en los partidos.

Petro además es el preferido de Twitter. Sintoniza muy bien con los millennials y con una nueva clase media que –como en Chile o Perú– ha sido seducida por la izquierda progresista que ensalza los nuevos valores posmodernos y los derechos LGTB, entre otros; dentro de la estrategia de la batalla cultural que ha desarrollado desde mucho tiempo, a vista y paciencia de la derecha. Petro, quien nace del marxismo ortodoxo y guerrillero del Che Guevara (conocido homófobo), hoy cree en la diversidad y defiende las orientaciones sexuales y a las minorías.

Los colombianos deben mirar el Perú y no a Chile, país donde la migración colombiana ya es la segunda comunidad más grande. Pero los colombianos deben mirar también a Ecuador. Basta una comparación entre Ecuador y Perú para saber qué país ha entrado en una espiral de desconcierto, originada por los comunistas ortodoxos. Pero los colombianos también deben mirarse a sí mismos y la experiencia de los grupos armados. 

Vale indicar que el yerro del uribismo fue no haber desarrollado una batalla cultural, una batalla por el relato y la narrativa. Todo indica que la izquierda, a pesar de haber llenado cementerios en Colombia, sí lo sabe hacer.