Renatto Bautista
Cicerón versus Verres
Lecciones de integridad desde la Antigua Roma
Este artículo nos invita a reflexionar sobre un personaje destacado en la historia romana: Marco Tulio Cicerón (106 a.C. - 43 a.C.), un intelectual y político fundamental en el último siglo de la República romana. Su antagonista en esta historia es Cayo Verres (120 a.C. - 43 a.C.), un gobernador romano que pasó a la historia por su corrupción durante su administración en Sicilia.
¿Cómo se enfrentaron Cicerón y Verres en un choque que marcó la historia? Como ya se mencionó, Verres fue gobernador de Sicilia, cargo que utilizó para su propio beneficio. Durante su administración, incrementó de manera desmedida los impuestos y saqueó obras de arte para su disfrute personal. Estos abusos no pasaron desapercibidos, y en el año 70 a.C., cuando Cicerón tenía apenas 36 años, regresó a Roma y lideró un juicio por corrupción contra Verres.
El juicio de Verres fue un evento que puso a prueba no solo las habilidades jurídicas de Cicerón, sino también su integridad. Por su parte, Verres, consciente de la gravedad de las acusaciones, contrató al reconocido abogado Quinto Hortensio (114 a.C. - 50 a.C.), famoso por su oratoria y habilidad para defender causas complejas. Sin embargo, Cicerón, en su papel de acusador y defensor de los intereses de los sicilianos, destacó por su valentía y determinación en la búsqueda de justicia.
El abogado de Verres intentó retrasar el juicio al año 69 a.C., buscando un contexto político más favorable para su cliente. Sin embargo, el tribunal decidió continuar con el proceso. Cicerón, preparado y decidido, presentó una argumentación jurídica contundente conocida como la Actio Prima. Su elocuencia fue tal que Hortensio se vio obligado a abandonar la defensa activa, y Verres optó por autoexiliarse en la actual Marsella para conservar la mayoría de sus propiedades.
Este juicio no solo consolidó a Cicerón como un brillante abogado y defensor de la verdad, sino que también envió un mensaje poderoso sobre la importancia de la integridad en el ejercicio de la justicia.
La valentía de Cicerón contrasta de manera radical con la actitud de algunos funcionarios actuales, quienes muchas veces actúan con temor o incluso en complicidad con la corrupción. Los fiscales y jueces tienen la responsabilidad de enfrentar a la delincuencia y a la corrupción con firmeza, sin importar los riesgos.
Este artículo busca inspirar a los estudiantes de Derecho y a los operadores del sistema judicial en el Perú y en otros países. Cicerón, con su frontalidad y compromiso con la verdad, dejó un legado inmortal, recordándonos que la justicia no debe someterse al miedo ni a la presión.
En conclusión, Marco Tulio Cicerón nos dejó un ejemplo de integridad y valentía que sigue vigente. Estudiantes de Derecho, fiscales y jueces deberían tomar como referencia su lucha contra Verres, recordando que la justicia requiere coraje para enfrentar a los poderosos y defender a los más vulnerables. Quienes no estén dispuestos a asumir este desafío deberían considerar dedicarse a otras profesiones.
La historia de Cicerón no solo es un relato del pasado; es un llamado al presente para actuar con valentía y principios. La verdadera justicia no teme a los obstáculos, y su defensa es la base de una sociedad más justa y equitativa.
COMENTARIOS