Cecilia Bákula
Cazando mitos: las preguntas que nos hace Rafael Aita
Los libros del Capitán Perú

Conocido también como Capitán Perú, Rafael Aita ha tomado la historia del Perú como uno de los intereses reales y más recientes de su vida. Preguntado sobre el uso del traje de un superhéroe, él nos relata que inicialmente fue una manera de hacerse ver por las generaciones jóvenes respecto a temas asociados a lugares históricos, a espacios vinculados al patrimonio cultural y que poco a poco, una inquietud hacia un mayor conocimiento de la historia, lo llevó a investigar, leer y profundizar en nuestro pasado, acercándose a los textos de quienes habían escrito los relatos de ese pasado, historiadores conocidos cuya obra le empezó a fascinar, a motivar y que sin duda le reveló una historia bastante lejana a aquella que había conocido en su etapa escolar.
Rafael Aita es ingeniero de profesión y es quizá esa misma formación la que lo motiva a la búsqueda de respuesta más precisas, más argumentadas y menos gaseosas y decide seguir adentrándose en ese conocimiento, siendo ahora un apasionado por nuestro pasado y un gran conocedor de los períodos asociados al período de la conquista.
Es en ese sentido que surgen libros como “El secreto del último inca” y “Pachacútec el estratega del imperio” y uno más reciente titulado “Los incas hispanos” en el que nos presenta, luego de una acuciosa investigación, la realidad del reconocimiento que tuvo la estirpe de los descendientes de los últimos incas y cómo fueron, en muchos casos, reconocidos como nobles y cuán importantes fueron los símbolos, los matrimonios, las alianzas y las pautas reales dadas desde España para que se tuviera en cuenta la dignidad y majestad de la dinastía cusqueña.
Aita quiere hacernos ver la verdad de una historia no contada y desentraña información sustantiva para que los peruanos sepamos que nuestro origen, sin duda malamente sojuzgado y muchas veces humillado, usurpado, vilmente robado, en nada podría ser considerado como uno de categoría menor o que pudiera ser desdeñada y que es una historia parcial, sesgada y tendenciosamente interesada la que ha llevado a hacernos y construir una visión equivocada del mundo y la autoridad de la élite cusqueña con la que se encontró el conquistador español.
Sin embargo, el interés y la motivación de Capitán Perú ha ido mucho más allá de lo que sería el presentarnos una visión que yuxtapone el mundo y la sociedad cusqueña del siglo XVI, tal como nos la han contado, a lo que él entiende, por sus estudios, que es la realidad que deberíamos conocer y de la que el peruano debería sentirse orgulloso y que dista mucho de la información que se difunde, plana y poco motivadora, a lo largo de la vida escolar.
En su más reciente publicación, presentada en la última edición de la Feria del Libro de Lima, Rafael Aita ha regalado a sus muchos lectores y seguidores una nueva producción que se titula Cazando mitos con la que pretende quebrar algunos paradigmas o verdades tradicionales y lo hace con argumentos contundentes, por lo menos con sustento de información.
Lo que me parece muy interesante de la propuesta de nuestro Capitán Perú es el deseo de motivar la inquietud de los lectores, es decir, inspirar el deseo de averiguar, preguntar, investigar y no tener una actitud pasiva frente a hechos y datos que nos deberían importar porque nos afectan e involucran.
Una de las tremendas realidades del país es la poca y casi nula actitud crítica, responsable y bien formada de los ciudadanos y eso se refleja en la aceptación, sin duda, de verdades a medias, de falsedades y, en el campo de la política, en aceptar como valores, a quienes son nada más que ídolos de barro.
En ese sentido, acercarnos a nuestra historia y entender que hay siempre la posibilidad de conocer los hechos desde otras perspectivas y entender que nuestro pasado puede ser visto desde diversas ópticas, motiva al lector, de una manera distendida, a descubrir una verdad que nos llene de orgullo y nos acerque a ser cada vez, más amantes de lo nuestro, aun en las sombras y oscuridades, es una obligación.
Rafael Aita cumple con un deber y una misión personales y satisface, de muchas maneras, la búsqueda de muchos de querer poder acercarse a conocer lo nuestro desde perspectivas diferentes. Puede no estar siempre en el derrotero cierto y por ello, solo nos propone, no impone; solo sugiere perspectivas nuevas hacia el placer de descubrir la belleza del conocimiento de nuestra rica esencia histórica.
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