Iván Arenas

Carmen McEvoy y los “yerros” de Pedro Castillo

La izquierda le perdona todo al Presidente

Carmen McEvoy y los “yerros” de Pedro Castillo
Iván Arenas
04 de enero del 2022


Días atrás, en una entrevista para un diario nacional, la historiadora Carmen McEvoy ha demostrado que de alguna manera comparte todos los criterios de la izquierda cuando se refiere a evaluar estos seis meses del gobierno de Pedro Castillo. En la entrevista, la historiadora señala que “Castillo debe enmendar el rumbo y asumir el rol que la historia le dio”; para añadir luego que el presidente “tiene un serio problema para advertir sus yerros”. Es decir, McEvoy reduce estos últimos seis meses de la administración Castillo, el Gobierno que ha volado y destruido las bases económicas de los últimos años en poco tiempo, a solo “yerros” y “fallas”. Si no me creen, lean la entrevista.

Antes de continuar vale indicar que McEvoy no solo es una reputada historiadora sino también una intelectual orgánica del denominado republicanismo de izquierda, un horizonte y marco de interpretación ideológico, histórico y cultural casi hegemónico en las ciencias sociales hoy. Y que además tiene influencia en periodistas y analistas políticos. 

Ahora bien, ¿qué pensaría McEvoy si en lugar de haber sido Pedro Castillo, hubiese sido Keiko Fujimori –en el lejano e hipotético caso– la que se hubiera reunido en una casa de un familiar –que no es Palacio de Gobierno–, a media noche, con lobbistas y empresarios que luego ganan millones de soles en licitaciones con el Estado? O ¿cómo habría reaccionado McEvoy si al secretario de una supuesta mandataria Keiko Fujimori el Ministerio Público le encontrara US$ 20,000 en un baño en Palacio de Gobierno? A riesgo siempre de que se me etiquete de fujimorista, como suele hacer la izquierda de todos los pelajes, semejantes preguntas contrafácticas a la historiadora quedan flotando en el aire.

A juicio del suscrito, de alguna manera, como todo el arco de la izquierda, McEvoy relativiza las acciones de Pedro Castillo, no obstante existir serios indicios delictivos en ellos. En otras palabras, sorprende que la historiadora, con todo el peso que representa su opinión, opta por llamar “yerros” y “fallas” a lo que a todas luces parece una conducta nada lícita y corrupta, y desde luego sin la ética de una persona que tiene el alto honor de llevar su cargo.

¿Por qué ese afán de la izquierda y de un sector de la academia republicana de “perdonar” al presidente Pedro Castillo y solo decir que debe “enmendar el rumbo” y superar sus “yerros” y “fallas”? De alguna manera también esta posición de una intelectual –McEvoy– ante las conductas nada republicanas de Castillo recuerda aquella frase de Emil Cioran de que “uno debe ponerse del lado de los oprimidos en cualquier circunstancia, incluso cuando están equivocados”. Porque si bien vale añadir que McEvoy también critica a Castillo, lo hace desde la “desilusión”, como ella misma señala.

Quizá también vale preguntarse si para una parte de la élite de la academia, sobre todo de izquierda, el oprimido – es decir Pedro Castillo (“el racismo que nos devora”)– debe ser justificado siempre.

Iván Arenas
04 de enero del 2022

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