Cara, cuerpo y vestido

Querida hermana:

La descripción de los personajes de la novela Los hermanos Karamásov, de Fiódor Dostoievski, parece mantener un mismo orden, que empieza por dar a conocer los detalles de la cara, luego el cuerpo y, por último, el vestido.

Aquí tres ejemplos:

“Además de las largas y carnosas bolsas bajo sus pequeños ojos, siempre insolentes, sospechosos y burlones; además del gran número de profundas arrugas en su cara pequeña, pero abotargada, a su aguda barbilla se había unido una nuez grande, carnosa y alargada, como un bolso, lo que le proporcionaba un aspecto repulsivamente sensual…” (página 68).

“Dimitri Fiodoróvich, un joven de veintiocho años, de estatura mediana y aspecto agradable, aparentaba, sin embargo, mucha más edad. Era musculoso y en él se podía adivinar gran fuerza física, aunque su rostro parecía algo enfermizo. Era un rostro flaco, de mejillas hundidas, de un color algo amarillo, como el de un enfermo. Los ojos oscuros, bastantes grandes y saltones, miraban, aunque con firmeza, con cierta vaguedad…” (página 132. Penguin Randomhouse, 2023).

“Lo que más asombro causó al pobre fraile fue que el padre Ferapont, a pesar de sus indudables ayunos y de sus muchos años, era un viejo de aspecto vigoroso, alto, que se mantenía derecho, sin encorvarse, de cara fresca, aunque flaca, y sana. Era indudable que todavía poseía bastantes energías. Su complexión era atlética. A pesar de su mucha edad, su pelo no era blanco del todo; podía verse que había sido completamente negro y lo conservaba en abundancia en la cabeza y la barba. Sus ojos eran grises, grandes, luminosos, pero extraordinariamente saltones, lo que producía un efecto extraño. Hablaba acentuando fuertemente cada o. Vestía una larga anguarina rojiza de paño basto, de presidiario, como antes se le llamaba, y se ceñía con una cuerda…” (página 277. Penguin Randomhouse, 2023).

Para mí es imposible dejar de pensar que existe un estilo bastante personal en lo que se refiere a la manera de describir un personaje, como lo hace este escritor ruso. La fórmula, si acaso existiese una, la resumiría en “cara, cuerpo y vestido”. Me parece, que, en varios pasajes de la novela, el autor comienza por describirnos el rostro, enseguida el cuerpo y, como si el personaje estuviera desnudo, finalmente decide vestirlo. 

Siento como que Dostoievski nos dijera: piensa en una persona cualquiera, describe los rasgos de su cara (sus ojos, su nariz, sus orejas, su cabello, sus cejas), luego imagina su cuerpo y, una vez que tengas clara la idea, envuelve a tu personaje con la vestimenta más adecuada.