Manuel Gago

¿Camino al socialismo?

No se dan cuenta hasta que les falta papel higiénico

¿Camino al socialismo?
Manuel Gago
10 de diciembre del 2018

 

El resultado del referéndum impuesto por el jefe de Estado, Martín Vizcarra, era previsible. Triste que la mayoría del país, obligatoriamente, decidiera por temas que no solo desconoce, sino que además irían en contra de los intereses nacionales. Una vez más, el antifujimorismo y antiaprismo jugaron con las pasiones de la población. ¿La suerte de la democracia peruana está echada? Es decir, ¿ha comenzado Perú a recorrer el camino hacia un régimen de corte absolutista y verticalista que atentará contra las libertades de la sociedad?

El fiscal Domingo Pérez, en sus airadas e histriónicas exposiciones durante las audiencias contra los dirigentes de Fuerza Popular (FP), ha demonizado las comunicaciones privadas sostenidas por los investigados. El chat privado La Botica ha sido cuestionado por el orondo magistrado y utilizado para reforzar su tesis: que FP es una organización criminal. Tesis aceptada sin más por el juez Richard Concepción. Así, si usted es incómodo para los planes del nuevo régimen, cuídese de lo que dice, cómo lo dice y con quien lo dice. Nadie le garantiza que sus comunicaciones no estén intervenidas. El fiscal Pérez y el juez Concepción, los superhéroes de estos días, se encargarán de transformar su vida. Construirán una “verdad” para las primeras planas de la gran prensa “consorciada” con el régimen, y usted aparecerá como villano para el deleite de las turbas.

¿Así funciona un Estado de derecho que se precie serlo? La justicia de Pérez y Concepción no es ciega. La calificación de los delitos depende de ellos. Las normas, las leyes y la Constitución son manoseadas al antojo de los nuevos “héroes nacionales”. Pérez y Concepción se zurran de sus autoridades de rango superior. Por popularidad, por haber sido bendecidos por los odios de las mayorías, creen tener el derecho de imponer su voluntad. Patético en un país con casi dos décadas de democracia sin interrupciones y con un descenso envidiable de la pobreza: del 60% al 20%, en ese mismo periodo. Triste, también, ver cómo gran parte de los medios de comunicación tradicional, aliados de las encuestadoras y de las ONG vinculadas a la izquierda internacional, alientan a las turbas y, en lugar de dar espacio a los razonamientos de las elites educadas y reflexivas, orientan los contenidos de sus programas de acuerdo a las masas encolerizadas.

Sin embargo, en un país de constantes traiciones, vendettas e irracionales decisiones, no sabemos si la renuncia de Christian Sánchez, ahora ex ministro de Trabajo, significará un quiebre en el manejo económico del país. Si para el premier, César Villanueva, el referéndum ha sido un hito en la historia del Perú; para aquellas personas preocupadas por la productividad y competitividad de los sectores comerciales e industriales del país, sería un hito el nombramiento de un nuevo ministro de Trabajo alejado de la izquierda antimercado, antiempresa y antidemocrática. Pronto los sabremos.

Contrariamente, Vizcarra podría continuar siendo, como ya se dijo, rehén de la izquierda que lo rodea y aconseja. Ya sabremos qué personajes “ilustres” serán nombrados para decidir quienes serán los otros “ilustres” que ocuparán los asientos de la nueva Junta Nacional de Justicia (JNJ). La verdadera maquinaria antiperuana comenzaría allí. Controlarán los procesos judiciales, profundizarán la judicialización de la política y callarán las voces discrepantes.

Los dueños de las constructoras, vinculados a ciertos medios de comunicación —librados de la cárcel y favorecidos con la publicidad estatal— devolverán los favores destrozando las vidas de los que no se alinean con el nuevo régimen. Seguirán demonizando a los empresarios que se resisten a creer que las cifras positivas de las exportaciones no son suficientes para el Perú. Los mercantilistas volverán a vender su alma al diablo, como en Venezuela y en toda dictadura. ¿Exageramos?

Pero eso no les importa a las masas que ni se enteran hasta que, como en Venezuela, falte el papel higiénico en el mercado. No se enteran que habríamos comenzado a recorrer el camino que nos llevará nuevamente hacia el socialismo. Perú se olvidó, o nunca supo, lo nefasta que fue la dictadura marxista de Juan Velasco Alvarado. El general del Ejército ya no está aquí, pero quedaron los complejos, las frustraciones y los enconos de esos días.

 

Manuel Gago
10 de diciembre del 2018

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