Manuel Bernales Alvarado

Cambio político, Constitución y Gobierno

El odio solo llevará a soluciones extra constitucionales

Cambio político, Constitución y Gobierno
Manuel Bernales Alvarado
03 de septiembre del 2018

 

“Los lugares más calientes en el infierno están reservados para aquellos que,
en tiempos de gran crisis moral, mantienen su neutralidad.”

 

En 2021 se conmemorará 700 años de la muerte de Dante Alighieri. Su arte y sabiduría nos dan mejor luz también para ver, juzgar y actuar en esta grave circunstancia nacional. Nuestra conservadora sociedad se ha polarizado y crecen odios mutuos que abonan soluciones extra constitucionales. Y no contamos con un partido o frente de partidos políticos con ideas y prácticas capaces de encauzar el desbordamiento verbal y decisional. No hay un movimiento social-político ni personas con liderazgo fuerte, capaces de conducir el descontento e impregnar a la sociedad con su visión y solución para luego constituirse en Gobierno.

Una parte importante de grupos, personas y redes que tienen objetivos y reivindicaciones particulares de derechos humanos (menores, indígenas, LGBT y otras), han fraccionado la visión del mundo, como fraccionada está toda sociedad civil. Un cambio de régimen necesita una visión unitaria, más aún si se pretende mediante una “lucha sobre el régimen, no dentro del régimen” ( es decir, extra constitucionalmente). Se ha ido imponiendo el que se vayan todos los corruptos enquistados en los poderes del Estado y entes autónomos centrales. Pero que se vayan de los gobiernos regionales, (departamentales), municipales y de la administración pública central no es un objetivo dominante o principal de muchos indignados. Ojo a los resultados electorales.

El polo heredero de Fujimori-Montesinos evidencia retroceso y merma de su poder e influencia —y como mayoría en el Congreso, de autoridad y prestigio— debido a razones inocultables: su composición, (se ha hablado del bus interprovincial y en lo opuesto, del colectivo de la Javier Prado), sus bajas, divisiones, errores y compromisos escandalosos. Sus oponentes no son los únicos causantes de ese deterioro; ni están unidos por algo más allá de su rechazo u odio,(que tiene distintos orígenes y características). Este “polo”, conglomerado anti, es parecido a otros de momentos aciagos antes y después de 1990. Las evidencias han posibilitado hacer creer, y con exclusividad, en la sinonimia de fujimorismo con delincuencia o inconducta.

El periodo constitucional se quebró por la renuncia de PPK para evitar una peor decisión. Parte de su equipo y aliados son autoridades. Una enorme mayoría de peruanos apoyó la sucesión constitucional con un primer mandatario heredero de vulnerada minoría parlamentaria, aunque apoyado por diversas “bancadas”. El presidente del Consejo de Ministros no habría podido ser de la bancada pepekausista como ahora algunos reclaman.

El tiempo no se recupera. Si la política se atiene a la Constitución, hay distintos plazos para procesos fiscales, judiciales, legislativos o para un referéndum por iniciativa ciudadana. Esos plazos son distintos al de las estaciones naturales que gobiernan la vida, la agricultura, la pesca, el comercio, los impuestos, según las regiones geográficas. El tempo presupuestal es otro, ¡pero continúa la mala ejecución de un presupuesto récord! Tampoco hay una efectiva rendición de cuentas. Tenemos proyectos de inversión en industrias extractivas ya encimados por oposiciones multicuencas e interdepartamentales, mientras rígidos sistemas y modos burocráticos, “mesas” y “bomberos”, parecen asegurar frustraciones. Solo la construcción de la Villa Olímpica se hace con una buena práctica mundial, que deseamos resulte excelente, ejemplar.

El sistema de transferencias ha evidenciado ser defectuoso; casi asegura la ineficiencia, y las ocasiones de corrupción están abiertas o aceptadas como norma, desde Lima hasta distritos. Se permiten primeras piedras o anuncios cuando lo que la República requiere es resultados antes de julio de 2021. En áreas priorizadas por desarrollo y seguridad urgen “combos” de proyectos tipo NEC, obras por impuestos, “adelantos” con fideicomisos (estos se anticiparon más de una década y, por desgracia, hay viejos fideicomisos prácticamente desaprovechados).

La diosa Fortuna acompaña al Presidente: no fue mellado por Chinchero ni por Las Bambas, y acontecimientos como el Mundial de Fútbol fueron un bálsamo o evasión popular. Hay agitación para un referéndum sin tiempos, e incluso para cerrar el Congreso y limpiar todo lo fiscal-judicial ¡con ayuda militar! El Presidente constitucional debe gobernar con virtud para aprovechar el resto de 2018, todo 2019, 2020 y parte de 2021, con elecciones anti alguien y escogencia del mal menor. Hasta que —de nuevo Maquiavelo— haya una nueva o mejor hegemonía social, cultural y política partidaria.

 

Manuel Bernales Alvarado
03 de septiembre del 2018

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