Arturo Valverde

Cama adentro

Partidos políticos sin propuestas políticas

Cama adentro
Arturo Valverde
01 de julio del 2020


El transfuguismo y los partidos que se ofrecen como “vientres de alquiler” –al acercarse las elecciones presidenciales– le han ocasionado muchísimo daño a nuestro país. Esto último es lo que se puede entender de la posición del “líder”, o la cara más visible, del Partido Morado, Julio Guzmán, quien estaría de acuerdo en que el actor Salvador del Solar y George Forsyth (el alcalde de La Victoria), disputen la presidencia de este partido, como es evidente, rumbo a las elecciones de 2021.

A mi parecer, el Partido Morado es una de las cartas del actual Gobierno, como lo fue PPK para el Gobierno de Ollanta Humala. Y es que este tipo de situaciones se han vuelto recurrentes cada cinco años, y deberíamos ponerle más atención. Si los partidos políticos, a excepción del Partido Aprista Peruano, se preocuparan por construir una ideología y filosofía política, entonces los ciudadanos podrían identificarse o no con uno de estos y dirían, tal vez: “Yo soy del partido tal o cual y lo defiendo porque piensan esto o aquello, tienen esta imagen de cómo debería ser el Perú, y yo la comparto; por tanto, me identifico con ese partido”.

Pero no sucede así, en la mayoría de casos, partidos que se crearon hace años para fines electorales (Perú Posible, por ejemplo) quedaron sepultados. Además, la falta de identificación por parte de la ciudadanía hacia un partido político, asegura una menor influencia política en la toma de decisiones, como sucede en el caso del Congreso de la República, que es la representación del pueblo. Los partidos que han optado por adoptar a quien sea, sin un sentido lógico, han terminado contradiciéndose entre ellos y dividiéndose. ¿Quién sufre las consecuencias? El país.

En esa línea argumentativa, poco sabemos de la idea de país que puedan tener los señores Forsyth y Del Solar, que estarían en todo su derecho a ser presidentes del Partido Morado y postular a un cargo público; eso es democracia. Lo que sucede es que últimamente al candidato se le reconoce por su postura sobre un tema específico, sus alianzas políticas, el tipo de leyes que defienden sus congresistas; pero fuera de eso, no existe realmente la dedicación de formular una doctrina política propia. Y quizás, hasta sientan que no hace falta al momento de ganar votos.

Por su parte, el Partido Aprista Peruano cuenta con una doctrina e ideología propias, lo que permite a sus militantes sentir que sus derechos son defendidos y están justamente representados. Por desgracia, los demás partidos no han seguido esa experiencia política y, por el contrario, partidos como el Partido Morado solo parecen alentar más de lo mismo: partidos que se constituyen con fines electorales. Algo que a la larga nos ha demostrado la falta de un compromiso sostenido en el tiempo de parte de estos “partidos” para contribuir a la solución de los problemas nacionales.

Arturo Valverde
01 de julio del 2020

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