J. Eduardo Ponce Vivanco
Arequipa en manos del perro del hortelano
El gobernador no hace ni deja hacer

El desastroso Gobierno Regional de Arequipa –primer enemigo de los arequipeños– ha creado nuevos obstáculos para dilatar la ejecución del tramo final del vital proyecto de irrigación Majes - Siguas II, oponiéndose a que el Ministerio de Agricultura asuma la responsabilidad de su conducción. Un caso parecido al que ocurrió cuando el impresentable Cáceres Llica cometió tantas barbaridades en el combate contra el Covid- 19 que el Ministerio de Salud tuvo que tomarlo directamente a su cargo para evitar que la población fuera diezmada por la pandemia.
Nadie duda que uno de los golpes estructurales más duros que ha sufrido el Perú es el disparatado proceso de regionalización, iniciado con la improvisada ley promovida por Alejandro Toledo en junio de 2002. La Ley Orgánica que la complementó meses después dispuso la obligatoria compatibilización de su ejecutoria con los planes, programas y políticas “nacionales y sectoriales” para contribuir “al desarrollo integral y sostenible de la región” (artículos 4 y 5).
Sin embargo, tales parámetros legales son letra muerta para el atrabiliario consejo regional que encabeza el nefasto gobernador de Arequipa (nacido en Chivay, Caylloma).
¿Acaso Cáceres Lliclla no sabe que uno de los objetivos más importantes para la reactivación económica diseñada por el Gobierno nacional es la más pronta culminación del proyecto Majes - Siguas II? ¿Acaso no es capaz de pensar que ese ha sido el motivo de la designación del (inoperante) Ministro de Agricultura para asegurar una relación más eficiente entre el gobierno central y el regional? ¿Acaso no le interesa que su decisión tenga las consecuencias socioeconómicas que la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa precisa en su reciente pronunciamiento (31.8.2020)*, lamentando la decisión del Consejo Regional de Arequipa de no aprobar el “convenio” de subrogación para ceder el manejo del proyecto Majes Siguas II al Ministerio de Agricultura, dificultando que su ejecución culmine en 60 días?
Dada su probada indiferencia por el bienestar de Arequipa, al “gobierno regional” no le importa el potente impacto económico que tendría Majes - Siguas II: fuerte demanda de trabajo en los sectores construcción y agricultura (69,000 empleos directos y 27,000 indirectos). Solo el valor de lo producido en ambos representaría el 14 % del PBI regional, cuya producción agrícola crecería 143% al 2031. Se calcula en US$ 985 millones anuales lo que se perdería mientras el proyecto siga paralizado por culpa de la argolla de Cáceres Llica.
Como es previsible que las autoridades regionales no escuchen el clamor ciudadano que suscita el inmenso perjuicio que están provocando, corresponde al Gobierno central dictar las normas necesarias para asumir la conducción directa de un proyecto que, por su envergadura, es de repercusión e interés nacional para la agroexportación y el crecimiento económico del país en la deprimente coyuntura que atravesamos. El Ejecutivo no puede permanecer impasible frente a los graves perjuicios que sufrirá Arequipa por el capricho de una condenable decisión regional. Su deber es asumir imperativamente la conducción del proyecto hasta su culminación, y estar alerta para remediar en lo posible los irresponsables desaciertos del patético gobernador de la segunda región del país. No hay otro camino.
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