APP y el “efecto mariposa”

El protagonismo mediático de los últimos días tuvo al presidente del Partido Alianza para el Progreso en la cima de la información, mostrando su intención de utilizar individualmente las ventajas que brinda a una organización política tener la responsabilidad de conducir un importante poder del Estado, como es el Congreso. Dicho sea de paso, esta institución se encuentra en los últimos tiempos bastante desprestigiada. La salida de Lady Camones de la presidencia del Congreso y la crisis política provocada a su interior (que debe recomponerse en aras del fortalecimiento de la democracia), es el resultado de este antojadizo manejo de la política. Acuña parece haber confundido ser dueño de una empresa educativa exitosa económicamente –por el esfuerzo docente y administrativo de quienes laboran a su interior (golpeados también por este hecho) –, con ser un líder político nacional, olvidando que su presencia en la conciencia pública le fue otorgada por los memes nada elogiosos en materia de capacidades y sus ansias de poder. 

Sea esta la ocasión para recordar dos aspectos o cuestiones importantes que, si bien se relacionan con situaciones de la naturaleza, bien podríamos aplicarlas a la política. Nos referimos en primer término al denominado efecto mariposa, el cual se basa en la idea de que las pequeñas variaciones en un modelo o sistema predeterminado pueden producir grandes cambios en el futuro del mismo; dicho de otro modo, “…si en un sistema se produce una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, podrá generar un efecto considerablemente grande a corto o medio plazo”.

Una reunión interna de APP, aparentemente sin mayor trascendencia, en la que quien dirige el partido introduce aspectos cuestionables para lograr ventaja en su elección como gobernador regional, produce –tras su conocimiento público– una reacción en cadena que trae como consecuencia la destitución de una militante que era la presidenta del Congreso. Y también el desprestigio de los integrantes del partido, comprometiendo además las conciencias de quienes, no siendo militantes sino docentes, se han sentido agredidos moralmente. Ya no es solo esconder el “obsequio” de un grado académico a la pareja presidencial, es burlarse del país.

En segundo lugar, a modo de reflexión para quienes erróneamente se consideran líderes, interesa recordarles la expresión de “ídolo o gigante con pies de barro”, que intenta señalar la vulnerabilidad y fragilidad de algo o alguien, cuando pareciera tener solidez, desnudando su endeble formación. 

El proceso de recomposición de fuerzas al interior del Congreso, traducido en la elección del nuevo presidente(a), a fin de evitar que el oportunismo anarco-izquierdista  capture este poder e incremente el descalabro nacional, va de la mano con acuerdos serios y alianzas duraderas en defensa de la democracia. En esa dirección, la expectativa de los peruanos, apuesta porque sus miembros superen diferencias, entendiendo que se halla en juego el devenir histórico del país y que mostrando una pizca de valor y valores arriben a consensos en bien del Perú.

A ellos también les recordamos que “el éxito de una empresa o institución, está directamente ligado al estado de ánimo de sus líderes” y que es hora de mostrar la vena del liderazgo que traen consigo. Ciertamente que su actitud en estas circunstancias, constituye una última oportunidad de reivindicación de la representación asumida.