Manuel Gago
Alerta contra los enemigos de la fe
La Navidad, el nacimiento del Cristo

Minúsculos grupos, bien organizados y financiados por intereses contrarios a los deseos de la mayoría de la población, intentan avasallar las libertades de la gente. La respuesta es la renovación y firmeza de la fe.
Y así como las libertades individuales, económicas y políticas están siendo atacadas constantemente con engaños y medias verdades, así también la fe cristiana. Militantes ideologizados hasta el tuétano se han propuesto destruir la familia y las buenas costumbres que subsisten en la sociedad peruana. Grotescas, ofensivas y hasta repugnantes manifestaciones públicas por parte de los colectivos de “género” se vuelven comunes con el fin de socavar la fe y la democracia al mismo tiempo. En este contexto, la Navidad no pueden ser la rutina del panetón, el pavo y el regalo bien empaquetado. Se impone, por parte de las cabezas de familia de los hogares peruanos, instruir a los más jóvenes sobre el significado de la Navidad: la celebración del nacimiento de Jesús, el Cristo. Asimismo, prevenirlos sobre los peligros que acechan a las libertades y la democracia.
Mientras los “otros” tienen planes y programas en ejecución constante contra las libertades y la fe, la mayor parte de “nosotros” permanecemos quietos y confundidos, sin entender la magnitud de la ofensiva. El relato socialista ha penetrado incluso en las iglesias cristiana más conservadoras. El objetivo es socavar el libre albedrío de las personas. Para esto, la alienación reina y se impone en las redes sociales. La meta es enajenar a los habituales consumidores de los contenidos de Internet. Es fácil engañarlos porque el discurso del marxismo del siglo XXI viene empaquetado con listón coqueto, edulcorado, digerible, light y sin mayor explicación que un estribillo simplón.
Lo políticamente correcto es una corriente universal y se ha apoderado sin rubor de las demandas de la sociedad. Y los agresores compulsivos, multiplicados en las redes sociales, se aprovecha de la pasividad de las personas. Porque a la gente no le gusta ser insultada y acosada por sus ideas propias, son arrinconadas y amaestradas para hacerla masa. El relato único y prepotente de los enemigos de la fe y de las libertades intenta controlar la sociedad por intermedio de ONG de todo tipo, sin participar en procesos electorales. Sin ser elegidos por la población, manipulan el poder para dirigir los destinos de la gente.
De las supuestas indignaciones brotan odios irracionales. “Ni olvido ni perdón”, ¿no es acaso la máxima del marxismo contrario al perdón y la otra mejilla ofrecida por el cristianismo? En este contexto, la firmeza del creyente prevalece: “prudentes como serpientes y sencillos como palomas” (Mateo 10.16).
En este escenario de confusión, la alerta y firmeza del buen cristiano prevalecen. Vendrán tiempos peores siendo la señal la homogeneización de la cultura y la expansión del consumismo, esnobismo y frivolidad. Con la falta de respeto a la familia y autoridades, la ofensiva antisistema y anticreyente pretende imponerse. No obstante, el Niño Dios de la Navidad nos recuerda que con Él se puede todo. Es cuestión de fe.
¡Feliz Navidad 2019!
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