Iván Arenas

Alberto Fujimori y el reposicionamiento de Fuerza Popular

Una verdadera oposición debe organizarse desde abajo hacia arriba

Alberto Fujimori y el reposicionamiento de Fuerza Popular
Iván Arenas
05 de octubre del 2021


Para el suscrito, a pesar de haber sido parte de los millones de peruanos que criticamos y nos organizamos contra las pretensiones del fujimorato a principios de los 2000, el trato vejatorio contra Alberto Fujimori es parte del guión de un sector político y académico que sigue desarrollando potentes narrativas y relatos: Fujimori es culpable de todos los males del Perú.

Quizá uno de los triunfos de este relato potente es que algunos peruanos equiparen a Fujimori con el criminal Abimael Guzmán. Semejante analogía, por increíble que parezca, demuestra la decisiva influencia de la izquierda en la educación a todo nivel. El otro triunfo de la narrativa zurda es que Fujimori, con sus yerros y aciertos, siga preso a pesar de la avanzada edad y su salud precaria. 

Ahora bien, si el gobierno comunista de Perú Libre maltrata al ex mandatario es por la sencilla razón de que el fujimorismo no tiene la fuerza política, social y mediática que se requiere. De allí el zarandeo. ¿A qué vamos con todo lo anterior? A que, en momentos de coyunturas críticas, como este, la existencia y el reposicionamiento de Fuerza Popular depende de las estrategias que desarrollen y de los liderazgos propios. ¿Cómo así? 

Para nadie es un secreto que estamos ante un gobierno de talante ultra izquierdista y con un proyecto autoritario en ciernes. El detalle entonces está en qué fuerza política logra organizar la antítesis del comunismo anárquico que ahora está en el Gobierno. Es obvio que el fujimorismo parte con múltiples ventajas con respecto a otras fuerzas políticas anticomunista (partido organizado, capacidad electoral, etc.). Sin embargo el detalle está en la sociología, en la que todo indica en Fuerza Popular no se ha fijado. 

Es decir, en tienda naranja se debe resolver, por todas cuentas, que una verdadera oposición nacional debe organizarse desde abajo hacia arriba. Ello entonces conlleva a representar los intereses y demandas de los sectores C, D y E, las sociedades emergentes. En las últimas elecciones esos sectores populares fueron ganados en su mayoría por el proyecto de izquierda, cuyo programa era conservador en lo social y cultural y socialista en lo económico y político. Nada más. Una gran parte de los sectores populares apoyaron a Castillo por la representación simbólica que en su día tuvo Alberto Fujimori. 

El fujimorismo, si quiere organizar la fuerza nacional contra los visos autoritarios, debe volver a representar a los sectores populares como en su día lo hizo. En otras palabras, volver a ser esa fuerza popular.

En ese mismo sentido, la oposición al comunismo debe construir una agenda social y productiva, agenda que ningún partido ha sido capaz de construir y menos presentar frente al proyecto colectivista de la izquierda más marxista. Mientras el comunismo presenta ideas fuerza, relatos y proyectos colectivistas, en las fuerzas democráticas todo es yermo.

Iván Arenas
05 de octubre del 2021

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