Marco Sipán

Acción colectiva contra el fujimorismo

Acción colectiva contra el fujimorismo
Marco Sipán
15 de marzo del 2016

La protesta social en las elecciones nacionales

El último viernes se inició, con la primera marcha del “No a Keiko” un ciclo de protesta contra la posibilidad del retorno del fujimorismo al gobiernol. Más allá de la larga lista de acusaciones contra la dictadura fujimorista de los noventa, Keiko viene liderando las encuestas y con muchas posibilidades de alcanzar la presidencia.

El tema central de la política es el poder aunque se les olvide a muchos opinólogos. Cada posición tiene el legítimo derecho a plantear estrategias que le permitan alcanzar sus objetivos y el conjunto de actores colectivos que salieron a marchar racionalmente eligieron la democracia como eje de consenso y han antagonizado esta posición, que les ha permitido ampliar y generar un masivo movimiento que ha golpeado acertadamente en los últimos días al fujimorismo. Sin embargo, este bloque no ha podido cohesionarse en un único candidato. Por lo cual tienen mayores obstáculos. Entonces, ¿cómo se piensa impedir el retorno del fujimorismo al gobierno?

Hasta ahora nadie ha canalizado completamente el voto antifujimorista. En las encuestas donde aún no se excluía a Guzmán y Acuña, en el escenario virtual de segunda vuelta, el único que podría concentrar los votos antifujimorista y virtualmente tendría posibilidades de derrotar a Keiko era Guzmán, pero luego de todo lo acontecido con el JNE dejó de ser esa una posibilidad real.

El Perú tiene una abundante historia de protestas sociales, sin embargo muy pocas victoriosas. La última de estas, fue la acción colectiva contra la Ley Pulpín, que en aproximadamente un mes pudo derogar dicha norma. Para Sidney Tarrow, una acción colectiva ocurre cuando actores colectivos unen sus fuerzas para oponerse a un adversario en defensa de sus reivindicaciones o de los que dicen representar. Esta acción colectiva adopta muchas formas y permite participar a gente que carece de acceso regular a las instituciones. Charles Tilly, nos menciona, que en fenómenos como éste, se combinan tres tipos de reivindicaciones: programáticas, identitarias y de posición. A nivel de programa las reivindicaciones son: democracia, defensa de derechos humanos y lucha contra la corrupción. A nivel de identidades, es notorio que esta protesta tiene como actores principales a los jóvenes y mujeres con sus agrupaciones, además de ambientalistas, y muchos más con lo cual se va constituyendo un bloque multidentitario. A nivel de posición, con los cerca de 10 mil marchantes en la primera movilización, esta acción colectiva va ir avanzando progresivamente, y de radicalizarse, el enfrentamiento no solo será a los Fujimori y lo que encierra su organización política, sino al modelo social que representan: el neoliberalismo, y es esto una ventana de oportunidad para hacer retroceder al modelo actual.

La posibilidad de que la acción colectiva contra el fujimorismo sea efectiva depende de la gestión de la propia acción más que de la justeza de su causa. Es por eso que un repertorio coherente, la radicalidad del movimiento y su masificación, el performance de las organizaciones y dirigentes alineados en la conducción (espontánea o planificada siempre existe conducción), el aprovechamiento las ventanas de oportunidades que se abren, la construcción de identidades y cohesiones específicas, entre otras cosas más, permitirían que la acción colectiva sea exitosa.

El hecho de que gane las elecciones Keiko, no hace que sea derrotada la protesta social, sino que puede generar la idea de injusticia, factor emocional idóneo con lo cual el movimiento no solo pretenderá defender la democracia, sino buscará ampliarla y para que eso suceda tendrá la necesidad de cambiar las relaciones de poder existentes.   

MARCO SIPÁN TORRES

Fotografía: Roberto Cáceres

Marco Sipán
15 de marzo del 2016

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