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Urgente: ¡Nueva cumbre PPK-Keiko!

Para evitar deterioro político y económico del Perú

Urgente: ¡Nueva cumbre PPK-Keiko!
Víctor Andrés Ponce
19 de junio del 2017

Para evitar deterioro político y económico del Perú

En menos de un año el Gabinete Zavala podría tener cuatro bajas ministeriales, en medio de una polarización política inclemente. La economía comienza a acercarse al precipicio de la recesión, la inversión privada sigue en caída libre, y el desborde de la ola criminal sigue en alza. Si tuviésemos la capacidad de manipular el tiempo y trasladarnos al día siguiente de la segunda vuelta electoral pasada semejante escenario sería inimaginable: una fuerza de derecha tecnocrática y proempresarial había ganado el Ejecutivo y otra corriente también de derecha, pero de contenido plebeyo y emergente, se había convertido en la mayoría absoluta del Legislativo.

Luego de las elecciones nacionales, todos los observadores internacionales señalaban que el Perú era un ejemplo de racionalidad política: se había volcado masivamente al espacio de la centro derecha para enfrentar las amenazas antisistema que padeció en las elecciones del 2006, del 2011 y del 2016. Todos pensaban que, con marchas y contramarchas, iba a existir un camino a la convergencia entre pepekausas y fujimoristas. Sin embargo no lo hubo. Por el contrario, la polarización recrudeció superando largamente los enfrentamientos que promovió el nadinismo.

Ya no importa de quién es la responsabilidad del incremento de la polaridad política. Cuando se prioriza la confrontación se subrayan los factores que desunen, y cuando se apuesta por la convergencia se resaltan los elementos que unen. Luego de la cumbre PPK - Keiko Fujimori, desde el lado naranja hubo un intento de convocar otra cumbre para avanzar en los acuerdos. En el gobierno hubo negativa. Y, por el contrario, cuando la administración pepekausa consiguió una segunda luna miel con la atención de la emergencia climática, se produjo el terrible, absurdo e innecesario manoseo de la situación carcelaria de Alberto Fujimori. Y con un aire clasista se ninguneó a la lideresa de la oposición y se quiso dividir a la mayoría legislativa.

Hoy, cuando el gobierno empieza desgranarse, en el Gabinete Zavala se ha comenzado a entender lo que un ciudadano de a pie de cualquier democracia del planeta comprende: que en una sociedad abierta no se puede gobernar sin o en contra de una mayoría legislativa. No se puede. Peor aún cuando se apostó por su división.

El error político del Gabinete Zavala es inconmensurable desde el punto de vista de la democracia. Con sus jueguitos adolescentes, con su negativa a modificar su política de alianzas con el extremismo antifujimorista de la segunda vuelta electoral, ha endurecido de tal manera a la mayoría legislativa que un sector duro de los naranjas empieza a ver la disolución del Congreso como una posibilidad. Es evidente que el fujimorismo ganaría y se tendrían que adelantar las elecciones nacionales. Terrible escenario para la democracia y el mercado, y en general para el sistema que los peruanos estamos organizando en los últimos 25 años.

En este contexto, el único camino racional que tiene el Perú es una nueva cumbre entre PPK y Keiko Fujimori, pero esta vez solo puede ser convocada por el presidente de la República. Igualmente Fernando Zavala, como un tecnócrata y un patriota del Perú, debería entender que su ubicación al frente del Gabinete es insostenible por los inaceptables errores políticos que cometió al mantener una alianza inexplicable con el extremismo antifujimorista que alentó la polarización extrema del país.

Si el jefe de Estado no convoca esta cumbre de urgencia, nada detendrá el desangramiento institucional, porque es difícil llamar a la gobernabilidad a la mayoría legislativa cuando —como es el caso de Zavala— solo se alienta la confrontación con ella.

Las cosas están tan desmadradas que el fujimorismo, por ejemplo, parece atrapado en la lógica de la acción y la reacción. De allí que desde el Congreso se empiece a relativizar el crecimiento, se aprueben leyes de rasgos proteccionistas chavistas y se apunte en contra del ministro de Economía, Alfredo Thorne, uno de los titulares que se opuso abiertamente a alianza de Zavala con el extremismo antifujimorista y que fomentó —contra viento y marea— la convergencia con la mayoría legislativa. La polarización, pues, puede arrasar todo lo que encuentre a su paso.

 

Víctor Andrés Ponce

Víctor Andrés Ponce
19 de junio del 2017

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