LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
The Economist, el TC y la poderosa influencia del globalismo progresista
De la defensa del libre comercio al neoizquierdismo latinoamericano
Desde el siglo XIX, The Economist, la gran revista británica, siempre ha sido uno de los estandartes de la defensa del libre comercio y el republicanismo en todo el hemisferio occidental. No hubo guerra ni acontecimiento planetario en que la línea editorial libertaria no se expresara a través de artículos que dejaron huella. La revista inglesa era considerada una especie de demonio liberal, un demonio promercado que combinaba firmeza con cultura e inteligencia.
Sin embargo, a través de un reciente artículo The Economist (The Economist Intelligence Unit), sobre la elección de los seis magistrados del Tribunal Constitucional (TC) peruano se deja en evidencia que el progresismo globalista no solo ha colonizado a la mayoría de los grandes medios occidentales, sino también a la emblemática revista inglesa. En el mencionado texto se señala que la elección de los magistrados del Tribunal Constitucional se desarrolló con un grave problema de transparencia y que la mayoría de los nuevos integrantes militan en corrientes proclives a la derecha. Se vaticina que se afectará la transparencia institucional, la lucha contra la corrupción y se creará más inestabilidad política.
¿Un problema de falta de transparencia? ¿Acaso no se sabe que los nuevos magistrados fueron elegidos por un proceso de concurso público que demandó varios meses? ¿Acaso no se conoce, igualmente, que el concurso público se hizo por propuesta de las oenegés de izquierda, pues, de lo contrario, se habrían realizado mediante invitaciones personales, tal como sucedió con Marianella Ledesma y Eloy Espinosa, los magistrados que lideraban la anterior corte?
En el artículo The Economist, igualmente, se reconoce que se trata del tercer intento de elegir a los miembros del TC ,y se menciona que Martín Vizcarra disolvió el Congreso por un conflicto entre el Ejecutivo y el Congreso sobre el tema. ¿Acaso en The Economist no se sabe que la destrucción del sistema republicano proviene, principalmente, de esas supuestas disputas entre el Ejecutivo y el Congreso, no obstante que la elección de los magistrados del TC es una función exclusiva y excluyente del Legislativo? ¿Por qué hacemos la pregunta? Porque la revista informa que el cierre del Congreso tuvo que ver con el TC, pero no condena el hecho, que fue abiertamente inconstitucional.
En el Perú se cerró el Congreso por una confianza en contra de una función exclusiva y excluyente del Legislativo –la elección de los magistrados del TC–; es decir, se clausuró inconstitucionalmente la primera asamblea de la República, invocando la figura de “la denegación fáctica de confianza”, que no existe en la Constitución y es imposible que exista.
¿Qué ha sucedido entonces con el gran The Economist? Todo indica que el globalismo progresista, ese posmodernismo fácil y elemental, también empieza a colonizar una de las naves nodrizas del libre comercio, el republicanismo y el constitucionalismo clásico.
Hoy la revista que algunos coleccionaban parece militar en el constitucionalismo progresista. Es decir, aquel que convierte a las constituciones e instituciones en simples fichas a mover o manipular para servir a una estrategia de poder. De allí que en el mencionado artículo solo se repitan los argumentos de la izquierda progresista peruana y el lamento de algunos ex magistrados que permanecieron por más de ocho años en el cargo –solo debían ejercer cinco años– y que pretendían convertirse en jueces vitalicios sumando maniobra tras maniobra.
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