LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
La irresponsable división de la oposición en el Congreso
Sin derecha, solo hay izquierda, solo habrá colectivismo
La llamada centro derecha se acaba de dividir en el Congreso para la elección de la mesa directiva, con una alegría adolescente que estremece, que nos revela que, en esos sectores, no existe conciencia real sobre la amenaza colectivista que se cierne sobre el país.
Si intentáramos desarrollar un análisis reduccionista sobre por qué una de las corrientes con uno de los programas comunistas más ortodoxos de la región ha llegado a las puertas del poder en el Perú, un país que había triplicado su PBI y había reducido pobreza del 60% de la población a 20% –antes de la pandemia–, sin lugar a dudas se podría sostener que por los errores de la derecha.
Y cada error es un capítulo que merece pasar la historia universal de los yerros políticos y de las cosas que los políticos nunca deben hacer. Cuando Fuerza Popular y el partido PPK, dos corrientes de centro derecha –luego de las elecciones del 2016–, se embarcaron en una guerra sin cuartel, habían olvidado la real amenaza comunista. Cuando los partidos de la centro derecha retiraron alegremente el apoyo a la administración de Manuel Merino –obligándolo a la renuncia–, igualmente ignoraban la ofensiva colectivista. Cuando en la última segunda vuelta hubo la negativa para formar un gran frente de partidos, colectivos y organizaciones sociales para defender el voto a favor de la democracia, la frivolidad, el cálculo y la pequeñez, desdeñaron la amenaza contra las libertades.
Hoy vuelve a suceder lo mismo. Los partidos que se oponen a la amenaza colectivista se dividen, calculan y se empequeñecen en el Legislativo. No existe la grandeza para poner a un lado las nimiedades del momento y apostar por la historia, por el sistema republicano.
Deberíamos, por ejemplo, preguntarnos si las candidaturas de Keiko Fujimori, Rafael López Aliaga y Hernando de Soto se hubiesen unificado en una sola alternativa, ¿acaso siquiera imaginaríamos este devastador escenario? De ninguna manera. La centro derecha habría arrasado electoralmente, como corresponde a la economía y la sociedad del país.
Sin embargo, para que se produjera esa convergencia urgente para el país existía una condición impostergable: una coherencia ideológica, política y cultural que posibilitara postergar las legítimas aspiraciones personales. Cuando no hay ideología solo existe el candidato, la campaña electoral y la estrategia personal.
La división de la oposición en el Congreso solo se explica por esa falta de armazón ideológica. Acción Popular considera que estamos en una negociación más y no en un momento límite del sistema republicano y veta a los postulantes de Renovación Popular y Fuerza Popular. En el extremo derecho falta la ideología para entender que se debe aislar al enemigo principal (el comunismo) y lograr un frente desde el centro hasta la derecha.
El fracaso de las derechas nos revela una verdad como un planeta: la política no solo se aprende en libros y en otras actividades económicas y sociales. El buen político emerge de la experiencia partidaria y la práctica diaria, y se define como un hacedor de pactos y acuerdos sobre lo que parece imposible. El político, pues, es un profesional del acuerdo.
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