LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Reporte electoral
Los movimientos de Keiko, PPK, Barnechea, Mendoza y Alan
Luego de las exclusiones de Julio Guzmán y César Acuña el Antifujimorismo entró en fase histérica: intentos de postergar las elecciones, hordas violentas que atacan mítines, y 4 mil pulpines que se concentraban en la Plaza San Martín. El motivo de la crisis nerviosa: dos encuestadoras señalaban que los principales beneficiados de las exclusiones eran PPK y Keiko Fujimori. También Alfredo Barnechea y Verónica Mendoza. Ipsos sostenía que Keiko no ganaba nada. Ante la polarización Fujimorismo versus Antifujimorismo, Keiko Fujimori sorprendió con una guerra de movimientos: apuntó a la cabeza de Palacio y señaló que Nadine Heredia era la causante de las marchas en su contra y, de alguna manera, la consideró autora intelectual de la violencia desatada. Los tuits de la señora Heredia en contra del Fujimorismo otorgaron verosimilitud al contraataque.
Al margen de cualquier elucubración, lo cierto es que a la polarización Fujimorismo versus Antifujimorismo, Keiko le opuso Fujimorismo versus Nadine Heredia. Postergación de elecciones e intento de fuga se agregaron al menú, sobre todo, para el ciudadano de las redes.
El Fujimorismo ya desveló su estrategia: polarizar con el Gobierno y transformar a Heredia en protagonista de la campaña. Si Nadine se calla para no pisar en palito, el Fujimorismo seguirá rasgando la herida una y otra vez para que sangre hasta el final de la segunda vuelta. Guerra de movimientos cuando el Antifujimorismo pretendía arrinconar a los naranjas en una guerra defensiva. Toda una sorpresa política.
La disputa por el segundo lugar se desaceleró ante la resurrección de la polarización antifujimorista. PPK, beneficiado por las primeras encuestas, se revistió de calma y prudencia en espera de la cosecha que se viene. El hombre comienza a aparecer como el más predecible para el electorado no fujimorista que no se siente cómodo con Alan García y que se distancia de los giros izquierdistas de Alfredo Barnechea y el chavismo declarado de doña Verónica Mendoza. Sin embargo PPK tiene que hacer mucho más si desea evitar que el impulso previo de Barnechea y Mendoza termine por erosionarlo.
Barnechea y Mendoza han ingresado a una etapa de infighting de pronóstico reservado. El mensaje y la imagen de ambos, tallados con mano izquierda, parecen ser los mismos, aunque las denuncias contra Marco Arana y algunos candidatos al Congreso del Frente Amplio por supuestos vínculos con la violencia pueden ser letales para la campaña de palabras bonitas que desarrolla Mendoza. En todo caso, Barnechea necesita correrse más al centro y guiñar el ojo a la derecha, espacio que conoce y al que pertenece, para ganar mucho más de la situación.
Por su lado, García es el otro candidato que ha desarrollado una guerra de movimientos muy arriesgada. Durante todo el primer tramo de la campaña se ubicó claramente en la centro derecha y distanciado de las campañas a favor del anti voto. Faltando menos de 22 días para las elecciones comienza a aparecer en la centro izquierda encabezando las críticas contra las propuestas de flexibilización laboral y compitiendo con Nadine Heredia en golpes al Fujimorato.
El gran problema de García durante toda esta campaña es que no ha tenido un enemigo, una bestia negra, al cual enfrentarse para convertirse en el mal menor. Cuando estaba el Ollanta del polo rojo le jaló la lengua al propio Hugo Chávez y ganó la elección con una genialidad que debería ser estudiada. Hoy no existe nada parecido. Ahora se suma al torrente Antifujimorista para intentar convertirse en el candidato más idóneo y capaz de derrotar a Keiko. Político ducho que echa mano de la audacia. Veremos si le funciona.
Por Víctor Andrés Ponce
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