LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
¿Rebota el elenco estable?
En la mayoría de las encuestas la suma de intención de voto del llamado elenco estable (Keiko Fujimori, PPK y Alan García) sobrepasa los 50 puntos, mientras que Alfredo Barnechea y Verónica Mendoza alcanzan los 20. Ahora bien, en cuanto a votos válidamente emitidos, el elenco estable, tranquilamente, podría superar los 60 puntos si aceptamos que una parte de los indecisos se inclinará hacia cualquiera de la tríada de políticos que, de una u otra manera, representa el proceso económico, social e institucional de los últimos 25 años.
Según la opinión del suscrito el rebote del elenco estable es lo mejor que le podría pasar al Perú. ¿Por qué? Durante los últimos cinco años de la administración de Humala el Perú careció de un bloque que le otorgara gobernabilidad al sistema, no solo porque no había un acuerdo político mínimo entre los actores, sino porque en Palacio había un matrimonio en el poder. Al margen de la familia presidencial los ministros poco podían hacer para cambiar el curso de las cosas. Los resultados económicos e institucionales ya los conocemos. Es en este contexto que la idea de un bloque que agregue coherencia política y económica al país reviste enorme importancia.
Si después de la elección nacional, el elenco estable no se transforma en un bloque político, ya sea en el gobierno o en la oposición, el país no abordará las reformas políticas, económicas y sociales, que le permitan afirmar el cuarto gobierno democrático elegido sin interrupciones, ni desarrollar las reformas económicas para seguir creciendo y reduciendo pobreza. Si no hay reformas, la democracia y el mercado se convertirán en enormes interrogantes y el regreso de los autoritarismos y los estatismos estará en agenda. La historia no avanza linealmente. Se desarrolla en círculos, en zigzags, y a veces retrocede brutalmente.
De allí que la posibilidad de un rebote del llamado elenco estable a tres semanas de las elecciones si bien no es el regreso de un mundo perfecto si le agrega cierta predictibilidad a la elección nacional. Luego de las apariciones de Julio Guzmán y de César Acuña y también del posicionamiento de Alfredo Barnechea y de Verónica Mendoza, no hay nada nuevo bajo el sol y, a nuestro parecer, la idea y necesidad de un elenco estable se refuerza considerablemente.
Guzmán es una pompa de jabón que desaparecerá con las semanas. Acuña es el regreso de los clanes familiares del Medioevo. Barnechea es un hombre de derecha que asume el programa populista, pero nadie conoce su verdadera relación con la Acción Popular de Víctor Andrés García Belaunde. El Frente Amplio de la flor es pura estrategia electoral para esconder el programa estatista. ¿Qué puede quedar entonces de la novedad? Muy poco.
En la disputa por el segundo lugar quizá se comience a notar este nuevo desplazamiento que ya se vislumbra en las encuestas. Si bien un sector del electorado apuesta conscientemente por la novedad es evidente que la mayoría electoral está lejana de programas anti sistema. Si Verónica Mendoza ha crecido es porque su campaña esconde a la izquierda y al propio Marco Arana. Las cosas podrían cambiar en los próximos días con la feroz contra campaña que padece la candidata.
PPK aparece como el mejor ubicado para crecer en un electorado de mayoría conservadora, es decir, que busca conservar el modelo político, económico y social. Barnechea se ha corrido demasiado a la izquierda y está en la obligación de desplazarse si es que pretende aumentar. García, por el contrario, sin posibilidades de crecer por la centro derecha, ahora ensaya guiños hacia la izquierda. La apuesta del líder aprista: hoy que resucita el Antifujimorismo se necesita una carta ganadora, pero predecible. Sin embargo, más allá de estrategias y maromas, todo indica que el elenco estable puede rebotar. Buena noticia, pues.
Por Víctor Andrés Ponce
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