LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Peligrosa reacción clasista
Polarización de la campaña electoral reaviva en viejo choleo en retirada
La diferencia de más de 40 puntos que Luis Castañeda les lleva a sus competidores es un hecho sin precedentes en la historia electoral de la democracia post Fujimori. Estableciendo las diferencias con una votación nacional, la intención de voto del Mudo es típicamente una avalancha electoral que proviene de la Lima popular de los conos. Sin embargo los adversarios de Solidaridad Nacional, peligrosamente, y quizá sin ser conscientes, comienzan a teñir la campaña de un peligroso contenido clasista. ¿A qué nos referimos?
Una encuestadora formula una pregunta con el claro objeto de manipular, sobre quién es el candidato que hace obra y roba. Dos preguntas en una y obviamente Castañeda es el candidato percibido como el que más hace obra. Sobre la marcha, los enemigos de Castañeda pretenden hacer sociología señalando que el mundo popular es permisivo con la corrupción. Los mismos rivales del Mudo se olvidan de mencionar que, en la mayoría de las encuestas, con preguntas bien planteadas técnicamente, Susana Villarán es vista como la más deshonesta.
¿Cuál es el efecto de esta propaganda que pretende pasar como análisis? Que se abran más abismos entre la Lima popular y la mesocrática. ¿Qué pensará la gente cuando se manipulan encuestas para decirle que su voto es por la corrupción? Debe ser algo así: ¡Ah, como no voto por su candidato soy corrupto! ¡Ah como soy emergente, mestizo, soy sospechoso de una inconducta! Terrible y peligroso el clasismo que empieza a manifestarse promovido, sobre todo, por la izquierda villaranista. Todo un tema para los sociólogos.
¿Por qué no pensar que el electorado limeño nunca aceptó la polarización entre “decentes versus corruptos”? Nada más. Otro ejemplo brutal de clasismo: Lo sectores mesocráticos, en especial los del segmento A, que nunca usan el transporte público, están por la formalización del transporte, mientras que los sectores populares respaldan la cultura combi. ¡El argumento es bárbaro! De una u otra manera encierra el eterno choleo en retirada. El Metropolitano y el tren eléctrico son los primeros intentos de reformar el transporte y superar la cultura combi.
Si Villarán hizo un Corredor de Azul que es un monumento a la imprevisión que afecta todo el sistema de transporte del cono sur y del norte -hasta el Metropolitano empieza a reventar porque la gente no usa ese corredor-, ¿por qué los limeños tendrían que creer que Villarán representa la formalización? El transporte informal es el peor infierno de la Lima popular. ¿Alguien piensa que la gente de los conos puede apoyar el peor de los suplicios diarios? Si Villarán hacía cuatro corredores, probablemente habríamos contemplado otra elección en Lima.
El mensaje a los votantes de Castañeda es simple: si no estás con mi candidato eres corrupto, si no apoyas mi propuesta, estás con la cultura combi. El resultado inevitable será una mayor votación por el Mudo. Algunos dicen que sobrepasará los 60 puntos.
Es inevitable que en las polarizaciones electorales se remuevan los conchos que reposan en el inconsciente público y emerjan estas reacciones clasistas y la distancia con los sectores emergentes. Pero lo que deja estupefacto es que todo esto provenga de un sector que se reclama de izquierda. Es hora de decir basta ya, por favor, no envilezcamos más el espacio público. Si las cosas se presentan así, con un candidato que barre electoralmente en Lima, ¿cómo serán los comicios del 2016?
Por Víctor Andrés Ponce
(24 Set 2014)
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