LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Nuevo escenario de las colisiones Ejecutivo y Legislativo
La política más allá de la vacancia o la disolución
El presidente Castillo asistirá mañana al Congreso, acompañado de seis ministros, para reunirse con José Williams, titular del Legislativo. El jefe de Estado asiste al Congreso horas después de la elección de Williams y de la censura del ministro de Transportes Geiner Alvarado. El hombre que usaba el sombrero cajamarquino hasta para almorzar con otros jefes de Estado, construyendo historias universales de la ridiculez, hoy parece dispuesto a hacer política. ¿La agonía del Gobierno ha terminado con la inclinación presidencial a la guerra y la confrontación? ¿O estamos ante un simple saludo a las tribunas para evitar la muerte rápida?
En cualquier caso, se necesitan nuevos enfoques de la coyuntura. La elección de José Williams como presidente del Congreso ha generado un justificado optimismo en la oposición política, sobre todo por la personalidad que puede aportar la trayectoria militar del nuevo titular del Legislativo. Es evidente que haber sido jefe de los comandos Chavín de Huántar no es poca cosa.
Sin embargo, el futuro de las relaciones Ejecutivo - Legislativo y la salida de la crisis solo se definirá con las armas de la política. Y, de alguna manera, hay que reconocer que el Gobierno en general y el propio Pedro Castillo han comenzado a hacer política. Allí está la inesperada reunión de hoy luego de una esgrima provocada por el oficialismo. Apenas elegido Williams, Castillo lo invitó a dialogar y a acompañarlo en sus visitas al interior del país. El mensaje que se pretendía pasar era algo así como que el Gobierno estaba por el diálogo y al lado de la gente de provincias. La respuesta de Williams también reivindicó el diálogo, pero con la precisión de que este debía desarrollarse en el palacio legislativo.
Más allá de quién gana o pierde con estos lances sobre el diálogo, lo cierto es que en los gestos de Castillo y de Williams comienza a existir un reconocimiento de que hay un espacio en la política más allá de la vacancia o no vacancia, o de los temas judiciales que afectan a Castillo. ¿Por qué? No hay los votos suficientes en el Congreso para proceder a la vacancia del jefe de Estado en el corto plazo, al margen de cualquier argumentación.
La falta de votos es un hecho. Y cualquier buena política solo se sustenta en la realidad. En ese contexto, el jefe de Estado y su entorno más cercano han comenzado una estrategia general de victimización de la figura presidencial que comienza a rendir algunos frutos, sobre todo en los resultados de recientes encuestas.
Uno de los grandes problemas del desgobierno nacional es que no surge una alternativa nacional desde la centro derecha. No obstante que el desastre nacional proviene de las izquierdas y el progresismo, la derecha en general solo es sinónimo de fragmentación e inexperiencia. De allí que no sea extraño que el progresismo busque gestar una opción; e incluso lo hagan también sectores del radicalismo, como el de Antauro Humala.
La oposición democrática, que tiene apellido de centro derecha, entonces, necesita hacer política y construir una alternativa desde las necesidades básicas de la gente: representar las demandas de empleo, la recuperación de los ingresos y enfrentar la ola criminal que se desborda. La ciudadanía debe superar la sensación de desamparo general.
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