LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Matices del elenco estable
¿Por qué mayoría del electorado apoya a candidatos pro libre mercado?
La reciente encuesta nacional de Ypsos y las elecciones internas del Apra que sancionarán la candidatura de Alan García nos confirman que, al menos hasta hoy, las elecciones del 2016 se definirán entre Keiko Fujimori, PPK y el propio García, es decir, en el llamado elenco estable de la política nacional.
Los sondeos nos indican que Keiko mantiene un sólido tercio y sigue creciendo a cuentagotas, que PPK se ha estancado, y que García preserva adhesiones pese a todas las guerras del fin del mundo que ha enfrentado. Algo más. La subida al cuarto lugar de César Acuña y el desplazamiento de Alejandro Toledo y Daniel Urresti nos señalan que cualquier olor a oficialismo o a Palacio huele mal.
Sin embargo llama la atención la manera cómo los actores del elenco estable entienden su posicionamiento en las preferencias electorales. Keiko acrecienta el tercio de a pocos, principalmente por el descalabro asociado al oficialismo.
El elector promedio recuerda que la elección de Humala solo se explica por el antifujimorismo, entonces, casi por inercia le otorga una oportunidad a la candidatura naranja. El desastre nacionalista entonces hace campaña por el fujimorismo tal como el de Susana Villarán lo hizo por Luis Castañeda en Lima.
Sin embargo, ¿por qué Keiko le hace tantos guiños a una izquierda que solo existe por la amplificación mediática? Difícil entenderlo cuando el silencio debería ser la estrategia de primera vuelta ante “la colaboración nacionalista”. O, ¿a alguien se le ha ocurrido ganar la guerra en una sola batalla? La soberbia es la madre de todas las derrotas
En el caso de PPK también vale la misma pregunta que para Keiko. Si el ADN, la naturaleza, la base social, de la candidatura del líder pepekausista, proviene de la centro derecha, ¿por qué dejarse manosear por los rebotes mediáticos de la izquierda? A estas alturas el estancamiento de PPK en las encuestas puede convertirse en una dolencia terminal a menos que el diagnóstico le permita recuperar iniciativa política.
Muy por el contrario, García parece decidido a cautivar al mayoritario espacio de la centro derecha para erosionar el natural apoyo que debería recibir PPK. El líder aprista ha afirmado que el Perú es un país minero y, en seguida, ha propuesto que las comunidades y campesinos se conviertan en socios de las compañías. No hay mejor manera de levantar la bandera de ese espacio que hablando de minería.
El rebote mediático de la izquierda, al parecer, ha hecho creer a algunos que las opiniones de este sector corresponden a las mayorías del país. O quizá solo se intenta amansar algunas artillerías para recibir menos perdigones.
Sin embargo cualquier estrategia no debería ignorar el humor del elector promedio. Luego de la debacle nacionalista el ciudadano tiene un temor: que se retroceda en los avances económicos y sociales del último cuarto de siglo. El voto por la novedad, por el “no político tradicional”, que representaba Humala, ha sido un fracaso tan descomunal que genera la sensación de que todo puede irse al abismo. Allí es donde el elector se refugia en los políticos que representan el crecimiento de las últimas décadas, en el elenco estable, no obstante todas las campañas de anti propaganda habidas y por haber.
A lo mejor los políticos todavía no se dan cuenta de que tres elecciones sucesivas con crecimiento les permite recuperar algunos fueros que les habían arrebatado desde los noventa.
Por: Víctor Andrés Ponce
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