LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
¿La hora de García?
Sobre la creencia errada de que las mayorías quieren estatismo
El desplazamiento del fujimorismo y del pepekausismo hacia la izquierda por el tema de Petroperú y el Lote 192 es un movimiento que parece destinado a mantener e incrementar respaldo electoral, pero semejante desplazamiento geográfico puede desatar consecuencias impredecibles.
Si bien el giro de Keiko Fujimori en el asunto del petróleo ha desconcertado a seguidores y observadores, todo indica que la jugada no modificará la posición fujimorista en el tablero electoral. Gracias a la labor primaria del antifujimorismo, hoy el movimiento naranja tiene un voto demasiado duro –solo comparable al aprismo del siglo XX- no obstante las fragilidades ideológicas. El anti irracional siempre produce lo contrario de lo perseguido. Vale para política y religión.
Es con respecto a la relación PPK y García donde el gambito petrolero puede tener desenlaces impensados. Si bien el líder pepekausista preserva una relativa y cómoda ventaja sobre el líder aprista, es evidente que no sube en las encuestas desde varias semanas atrás. PPK no tiene investigaciones judiciales ni congresales, no ha padecido una campaña de periodicazos en contra, sin embargo, el hombre apenas avanza.
En medio de una foto que no se mueve, PPK se lanza hacia el flanco izquierdo con una premura que desconcierta. Algunos señalan que tuvo que hacerlo porque el Gobernador de Loreto, Fernando Meléndez, es pepekausista. Sin embargo, PPK está donde está porque el electorado de centro derecha, distante del fujimorismo, lo ha elegido como su representante, ¿cómo así se le ocurre hacer tantas piruetas por la izquierda?
Si el líder aprista percibe esta inconsistencia en el pepekausista y empieza una campaña a favor del modelo económico, critica el descalabro del estado, y el regreso al siglo pasado que propone la izquierda, de una u otra manera, las fichas del tablero se moverán. ¿A qué viene todo esto?
De alguna manera los líderes del elenco estable (Keiko, PPK y García) comienzan a ser víctimas del síndrome del Perú oficial. De pronto, la desesperación loretana los coge desprevenidos, una desesperación que captura la atención de los medios y, de la noche a la mañana, empiezan a creer que los rebotes mediáticos que forman los humores de la realidad oficial expresan a la mayoría del país.
No obstante, los líderes del elenco estable deberían preguntarse por qué siguen encabezando las encuestas pese a las denuncias y campañas de anti propaganda que desarrollan medios importantes del país. Pues, por la sencilla razón de que en el Perú los medios ya no definen las campañas electorales. Una excelente noticia para una sociedad abierta. Allí está la mayoría mediática que desplegó una brutal anti propaganda en las pasadas elecciones municipales contra Luis Castañeda, sin embargo ella perdió en todo.
Con la crisis de los partidos y el espacio público, de pronto, los periodistas y los analistas nos creímos el cuento de que sabíamos de política y, de una u otra manera, terminamos ingresando al quehacer político, pero el ciudadano percibió el detalle.
De allí que, no obstante las campañas en contra, el elenco estable sigue encabezando las preferencias electorales, porque la mayoría quiere conservar lo que Humala ya empieza a destruir, es decir, la democracia y la economía que ha reducido pobreza como nunca. Y esa racionalidad de la mayoría electoral, de una u otra forma, está contra el estatismo petrolero. ¿Quién hace pedagogía y trepa en las encuestas? Veremos dijo el ciego.
Por: Víctor Andrés Ponce
COMENTARIOS