LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
La guerra contra la pobreza definirá la elección
El área rural, el D y el E, claves para definir victoria o fracaso
En la última encuesta de Datum, Pedro Castillo sube un punto y medio, Keiko Fujimori baja uno, y el voto blanco y nulo sube otro punto (que llega al 15%). Sin embargo 17% de los electores todavía están reflexionando sobre su voto y el 4% todavía no lo hace. En otras palabras, alrededor de un 20% de los electores podría definir la segunda vuelta. Una manera de leer el sondeo.
¿Cuál es la conclusión si se considera el margen de error de la encuesta? Que la trepada de Keiko Fujimori –que le posibilitó superar una distancia de casi 20 puntos– se ha detenido exactamente a dos semanas de la elección. En otras palabras, los indecisos permanecen impertérritos porque, de acuerdo al mismo sondeo, Castillo se mantiene con la misma intención de voto con que empezó la segunda vuelta.
¿Cuáles podrían ser las causas del estancamiento en el crecimiento de Keiko? Es evidente que el antifujimorismo se ha reactivado con crudeza, sin embargo, la ola anticomunista es el muro que le imposibilita avanzar. ¿Cuáles podrían ser otros factores que explicarían el estancamiento de Keiko? A lo mejor el abrazo con Kenji, la campaña de la selección y la presentación del equipo técnico no han funcionado porque se dirigen a los sectores A, B, y C (segmentos en que se mantiene la ola anticomunista con eficacia). En otras palabras, estas imágenes pueden aparecer como simples puestas en escena ante los ojos de los pobladores de áreas rurales y los sectores D y E que, a estas alturas, definirán la elección. ¿Por qué? Porque si Keiko avanza en estos bolsones electorales romperá el equilibrio a favor de su victoria.
Es decir, hay una campaña que se debe profundizar en los sectores D y E y el área rural. Y aquí está faltando audacia: la propuesta del 40% del canon no ha sido difundida adecuadamente, no existe una imagen sobre cómo se enfrentará el problema del hambre de 10 millones de peruanos, no se sabe cómo se proveerá de agua potable a 3.8 millones de ciudadanos, y de alcantarillado a más de 7 millones de compatriotas.
De otro lado, la clase media peruana ha sido duramente golpeada por la administración Vizcarra, y cerca de un 40% está en situación de vulnerabilidad. Es decir, a medio camino entre el 30% de pobres y el 30% de las clases medias consolidadas. ¿Cómo combatir el hambre y la pobreza se ha convertido en la interrogante central de la elección? ¿Qué se propone para los sectores vulnerables agobiados por deudas y cobranzas coactivas?
En ese sentido, todas las campañas existentes, desde la ola anticomunista hasta las particulares (de Rafael López Aliaga y de César Acuña), deberían converger en explicarle a la gente que no hay posibilidades de combatir la pobreza, el hambre ni la falta de servicios con el estatismo y el comunismo. Vincular el programa y la ideología de Castillo al hambre debería pasar a ser la imagen de campaña.
En ese sentido, Fuerza Popular debería designar voceros políticos que salgan a los medios y caminen por los pueblos explicando estas verdades. Es el único camino. Y es hora de centralizar cualquier estrategia.
Asimismo, ampliar la ventaja sobre el movimiento del lápiz en Lima, acrecentar las distancias en el norte, consolidar las ventajas del oriente, mientras se busca voltear la situación en el centro, deberían ser las prioridades. Si hay energías para el sur, todo es bienvenido.
Más allá de cualquier escepticismo, los resultados de la encuesta de Datum, volverán a levantar una ola nacional de movilización –tal como sucedió en las primeras semanas de campaña que establecieron el empate técnico– contra el comunismo. Sin embargo, ahora se necesita que la movilización se convierta en una contra el hambre, la pobreza y el comunismo. ¡Castillo solo es más hambre!, debe ser un grito nacional.
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