LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
IEP y la ola anticomunista de las clases medias
Una encuesta que deja enormes interrogantes
El Instituto de Estudios Peruanos (IEP) ha publicado una curiosa encuesta que difiere de dos sondeos anteriores. Según la mencionada encuestadora la brecha a favor de Pedro Castillo es mayor, no porque el candidato del lápiz consiga mayor intención de voto, sino porque los votos nulos y blancos y viciados representan un porcentaje mayor. De esta manera, Keiko entonces estaría peleando con el antivoto, con el nulo blanco y viciado, en sus posibilidades de ganar o perder. El motivo: Castillo ya ha llegado a un techo de piedra en los tres sondeos presentados.
Sin embargo, la brecha a favor de Castillo dobla a la que muestran las encuestadoras presentadas. Difícil de creer, sobre todo a una encuestadora que mantuvo por varias semanas primero a George Forsyth y las siguientes a Yonhy Lescano. Si bien es evidente que la señalada empresa recoge tendencias reales (hay una brecha a favor de Castillo) estira las cosas a favor del lápiz para dejar un mensaje: la campaña anticomunista no rinde frutos.
Es decir, la intensa movilización de las clases medias en redes, incluso en el boca a boca, no sirve porque solo aumenta el blanco y viciado (en comparación a las dos encuestas anteriores). De allí que diversos opinólogos en redes y los progresistas más diversos señalen que “ya ven, allí está el terruqueo”. Y hasta los fujimoristas pueden consumir este razonamiento. Grave error.
Las clases medias han comenzado a movilizarse frente a la posibilidad de un gobierno comunista de Pedro Castillo (algo que no hubo ni en Cuba, Venezuela, ni Bolivia, antes de la llegada al poder de los colectivistas). Y lo hacen de diversas maneras: desde vender sus propiedades, desarrollar un activismo febril a través de las redes y elaborar videos y tiktoks de todo tipo. Esta ola anticomunista que se levanta empieza a permear a los sectores A, B y parte del C. Es una ola espontánea e incontrolable. Un estratega de la escuela política cubana se preguntaría, ¿cómo se detiene esta ola que puede chorrear a los sectores D y E y podría definir espontáneamente una elección? La mejor manera: concluir que no sirve.
Sin embargo, es incuestionable que una elección en el Perú solo se ganará con los sectores D y E a favor, los mayores bolsones electorales. Allí están los problemas para Keiko Fujimori, y todo indica que la candidata no tiene una estrategia para estos segmentos. Hasta hoy no se han escuchado propuestas sobre qué hacer con el hambre de cerca de 10 millones de personas, cómo proveer agua y alcantarillado a más de 7 millones de compatriotas, cómo salvar el empleo y las mypes quebradas en la ciudad y el agro por la recesión. Pero sobre todo no se le ha escuchado criticar al Estado fallido y a los responsables de la tragedia nacional.
Si no hay propuestas para estos sectores y no se critica al Estado que no compra camas UCI ni vacunas –pese a que le sobran recursos–, entonces la gente del D y E puede creer que el modelo es responsable de la tragedia y el mensaje del “modelo neoliberal excluyente” puede pasar.
El antivoto de Keiko, que es macizo y real, no se disolverá con simples llamados a la unidad y con gestos suavizados. Como en cualquier guerra las resistencias se disolverán demostrando que hay una amenaza mayor a cualquier otra y, por lo tanto, el mal menor es la única opción. Igualmente, se debe señalar que los sectores D y E están abandonados por un Estado fallido –porque en medio de la campaña miles mueren y las familias construyen tragedias que nunca olvidarán– y se debe denunciar a los responsables de la ruina nacional.
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