LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Fuerza Popular ganó largamente el debate
Sin embargo, la victoria dependerá de otros factores
El debate entre los equipos técnicos de Fuerza Popular y Perú Libre dejó en claro la improvisación e irresponsabilidad que caracteriza a la candidatura de Pedro Castillo, Vladimir Cerrón y el movimiento del lápiz. Quizá las páginas en blanco mostradas por los integrantes del equipo técnico naranja, para enrostrar a los seguidores del lápiz que no habían redactado propuesta alguna para los temas en debate, se conviertan en la instantánea que grafique el resultado del cruce de argumentos.
Es incuestionable que luego del debate la idea de que en la candidatura de Pedro Castillo no hay propuestas y todo ha sido armado a la carrera, con el objeto de cumplir con el cronograma del JNE, será una imagen que seguirá viajando. Si bien las intervenciones de todos los integrantes del plan de gobierno de Fuerza Popular fueron destacables, las propuestas y las ofensivas de Luis Carranza y Fernando Rospigliosi se transformaron en los movimientos que definieron el partido por goleada.
Carranza se encargó de difundir un lema que debería transformarse en la consigna general de la campaña: ¡Trabajo, comida y salud! Luego le agregó la propuesta de crear tres millones de empleos a través de una política fiscal expansiva. Y la pregunta que emerge, ¿es por qué Fuerza Popular no convierte esta propuesta en una consigna general de la campaña, tal como lo hacía Fernando Belaunde con los millones de trabajos que solía ofrecer en campaña? Otro momento memorable se presentó cuando Carranza estableció que una economía cerrada podría triplicar el precio del pollo y del pan por el alza de las importaciones. Y para cerrar con broche de oro –como se dice– Carranza le informó al país lo que se podía comprar con el sueldo mínimo de US$ 2 en Venezuela.
En otras palabras, Carranza hizo la pedagogía electoral que necesita Keiko Fujimori para remontar los puntos de ventaja que todavía tiene Castillo. Una pedagogía que explicaba la relación entre inversión, empleo y reducción de pobreza, y que también disecaba la ideología detrás del plan de Cerrón, con las referencias a la tragedia venezolana.
Otro momento para estampar en la memoria se presentó cuando Fernando Rospigliosi, simplemente, arrolló a Avelino Guillén retrucando que la organización criminal en la campaña estaba en el movimiento del lápiz, con la presencia de Cerrón y los congresistas vinculados al senderismo. A la trilogía de conceptos de trabajo, comida y salud, Rospigliosi le sumó el de seguridad.
Todos los integrantes del equipo dirigido por Hernando Guerra García brillaron ante la carencia de sus oponentes. Sin embargo, el triunfo del equipo técnico solo significa recuperar algo de la ofensiva luego de que, en la última semana, la candidatura de Keiko se estancara por falta de precisiones para los sectores D y E, y después de una suma de errores que aparecieron ante los electores como puestas de escena (entre otros, el abrazo con Kenji).
El triunfo en el debate suma de manera importante. No obstante, para ganar se necesita el giro popular a los sectores D y E, a los sectores vulnerables ahorcados por las deudas. Y sobre todo, es urgente convertir la candidatura de Fuerza Popular en mensajes, lemas e imágenes. ¿De qué hablamos? Por ejemplo, de proponer centenares de comedores populares hasta diciembre del 2021 para enfrentar el hambre de 10 millones de peruanos; de crear tres millones de empleos para reducir la pobreza significativamente, de persistir en la propuesta de distribuir el 40% del canon regional. En dos semanas, Keiko necesita reinventarse a extrema velocidad y avanzar en los pobres del país.
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