Fuego graneado contra Castañeda

Evidente campaña de desacreditación contra comuna limeña

Una comunicación mediante WhatsApp entre la ex funcionaria de Lima Giselle Zegarra y José Pinheiro de OAS ha desatado una guerra de redes en contra del alcalde de Lima, Luis Castañeda. En la comunicación Zegarra (Castañeda no había asumido el cargo todavía) le pide a Pinheiro dejar de lado el proyecto Río Verde para destinar un fideicomiso de US$ 74 millones al bypass de 28 julio. ¿Cuál es el delito? ¿En qué consiste la irregularidad? Luego se produce la tragedia de Cantagallo y los pobladores de origen shipibo pierden sus viviendas. El proyecto Río Verde, que costaba US$ 370 millones, contemplaba la reubicación de la comunidad shipibo en un terreno de Campoy.

Las redes sociales lanzan vómitos negros contra el alcalde porque la reubicación no está lista (si no hay Río Verde, ¿cómo?). Sin embargo los ciudadanos shipibos no aceptan la reubicación: no quieren perder sus posesiones de 16 años. Enseguida la Municipalidad de Lima denuncia un posible acto de corrupción: se formó una empresa con el solo propósito de comprar el terreno de Campoy a S/. 10 millones y luego se vendió a la gestión Villarán por S/. 17 millones. La empresa se disolvió luego de la venta. ¡Vaya! ¿Y los periodistas de investigación ya fueron a Registros Públicos a ver quiénes eran los accionistas y las posibles conexiones?

Todos los que han seguido los acontecimientos saben que si la actual gestión municipal trató con OAS para el bypass de 28 de julio es solo por las modificaciones a los contratos realizados en la pasada gestión Villarán, muy comprometida con el affaire brasileño. Si Castañeda hoy recibe fuego graneado es por no haber denunciado el estado de cosas en que recibió la comuna: quiebra de la municipalidad convertida en el paraíso de las consultorías de izquierda, irregularidades en la Caja y otros hechos que merecen la atención de la Comisión de Fiscalización del Congreso, procuradores, fiscalías y jueces.

Ahora bien, ¿qué hay detrás de la campaña en contra de Castañeda? ¿Gladiadores éticos, limpiadores de la administración pública? De ninguna manera. De lo contrario ya se habrían destapado las irregularidades de la gestión Villarán. En realidad, la izquierda apunta contra Castañeda porque considera que la mayoría legislativa del Congreso levantará las prohibiciones para que alcaldes y gobernadores puedan presentarse a la reelección. Anular a Castañeda entonces en las próximas municipales es fundamental para organizar un escenario favorable para el 2021. Allí está la madre del cordero.

Es interesante anotar cómo funciona el aparato nadinista y villanarista que operó en el lustro pasado bajo el auspicio estatal y palaciego, y que ahora es amplificado por los medios antifujimoristas. Es una maquinaria de antipropaganda que funciona en las redes en base a estribillos y eslóganes que recuerdan el clásico método comunista y ahora chavista. Como no se trata de periodismo de investigación, se repite el diálogo entre Zegarra y Pinheiro sin mencionar el delito, la irregularidad o el tipo penal. Igualmente se dice que el bypass de 28 de julio no sirve para nada y no tiene expedientes técnicos, sin reparar cómo la gente de los conos y la periferia considera a la señalada obra. Es pura antipropaganda. Hasta que el periódico antifujimorista se cuelga del tema.

Si alguien recuerda la campaña de “los narcoindultos” en contra de Alan García encontrará el software completo de este método de difamación que ahora se desarrolla contra la gestión Castañeda. Hoy todos sabemos que los famosos narcoindultos eran pura antipropaganda palaciega. De más de 5,000 casos solo se judicializaron 16 y Chinguel fue condenado por uno. ¿O no?

Si fujimoristas, apristas y pepekausistas creen que pueden permanecer de perfil frente al intento de demoler la administración Castañeda se equivocan de plano. Los activistas que pretenden polarizar el país en contra de la elección de los directores del BCR y los agitadores en contra de Las Bambas participan del mismo libreto que hoy se implementa contra Castañeda.

Semejante maquinaria de antipropaganda es una de las peores herencias del nacionalismo de los últimos cinco años. Con ese sistema el espacio público se convirtió en un gran tribunal, desapareció el verdadero periodismo de investigación y se judicializaron las relaciones entre oficialismo y oposición.

Víctor Andrés Ponce