LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Elecciones: guerra de movimientos y de posiciones
Apuntes de estrategia electoral frente a la amenaza comunista
Las primeras encuestas de la segunda vuelta electoral, de alguna manera, solo revelan en qué situación llegan los candidatos que disputan la primera magistratura de la República. La ventaja de Pedro Castillo de Perú Libre muestra la densidad del anti voto contra Keiko Fujimori. De ninguna manera una ofensiva del candidato del lápiz.
Para todos era conocido el anti voto de Keiko, que Ipsos sitúa en 55%. Sin embargo, a mi entender, el antifujimorismo se disolverá rápidamente frente al voto anticomunista. No solo por las masacres y terror senderista de los ochenta, y la pobreza en que nos sumieron el velascato y la hiperinflación, sino sobre todo por la tragedia humanitaria que contemplamos en Venezuela.
Desde esta perspectiva, Keiko tiene todas las posibilidades de salir victoriosa, no obstante que, igualmente, todas las adversidades se suman en contra de ella, tal como sucedió con el gran Alan García en el 2006. Para ganar, Fujimori necesita levantar la ola del voto anticomunista, pero solo podrá hacerlo si liga cada uno de los problemas que organizan la actual tragedia de los peruanos con el comunismo, con el estatismo, con el chavismo venezolano.
Desde la crisis sanitaria, la falta de camas UCI, la falta de vacunas, la falta de agua y alcantarillado para más de siete millones de peruanos, la quiebra de miles de pymes, la pérdida de millones de empleos, la destrucción de las familias rurales, la anemia de cerca del 50% de los niños, la falta de escuelas y postas médicas, tienen que ser explicados y ligados a la gran ola anticomunista y antiestatista que se debe levantar.
Finalmente, el actual Estado fallido ha manejado la mayor cantidad de recursos fiscales de toda nuestra historia republicana, y no puede comprar vacunas por la burocracia colectivista de las izquierdas y el manejo de las regiones de los socios de Castillo. Si no se liga cada problema nacional con el anticomunismo y antiestatismo, entonces, la estrategia comunista vinculará cada problema con “el modelo neoliberal” y la Constitución actual.
De otro lado, en la segunda vuelta los electores eligen entre dos personas, no solo entre dos modelos. Si Keiko Fujimori no empieza a cuestionar, a emplazar cada despropósito que suele declarar Castillo, entonces, los electores solo definirán entre modelos, entre lo viejo y lo nuevo. Y nunca una elección es racional. De allí la enorme importancia de que Fuerza Popular busque convertir esta elección en una antropocéntrica, pechando directamente a Castillo y a Cerrón, tal como se hizo con Evo.
Los temas arriba mencionados son los que corresponden a una guerra política de movimientos, es decir, son permanentes y atraviesan todas las acciones. De otro lado, no se necesita alianzas con Rafael López Aliaga ni Hernando de Soto, pero sí se pueden asumir sus principales propuestas. El tren de la costa y hambre cero, por ejemplo.
No obstante, una victoria sobre Perú Libre y las corrientes comunistas también requiere una estrategia de posiciones. Y las posiciones en que debe focalizarse Fuerza Popular son los sectores D y E, y las grandes áreas de Lima y del norte del Perú. Ganando a la mayoría de estos sectores se habrá ganado la elección, sobre todo cuando Castillo pretende desarrollar un discurso de lo rural contra lo urbano. No obstante, las plazas del Cusco, Arequipa y Cajamarca son vitales porque cada una de estas regiones alberga a más de un millón de electores.
Keiko y las corrientes republicanas tienen todas las posibilidades de ganar frente a la amenaza comunista.
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