LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
El colapso del Estado y el frenazo económico
Los peores enemigos del Gobierno de Castillo y de Perú Libre
El peor enemigo del proyecto de la asamblea constituyente –al lado de la oposición en el Congreso– hasta hoy ha sido el frenazo económico. No nos cansaremos de repetirlo: nadie puede detener tres décadas de crecimiento y de proceso de reducción de pobreza y salir indemne. No hay relato ni fábula que pueda justificar semejante proceso de destrucción, sobre todo cuando los precios de los minerales alcanzan niveles altos históricos.
El intento de las corrientes colectivistas de responsabilizar de la devastación nacional a la Constitución de 1993 y a una supuesta conspiración empresarial, no prospera. “El plan B” de Vladimir Cerrón ante el archivamiento de la constituyente solo fue una bravuconada. El Gobierno, el presidente Castillo y los miembros del Ejecutivo son largados de las provincias que visitan. La pregunta pertinente entonces es, ¿qué va a suceder cuándo la incompetencia lleve al colapso de los servicios públicos por la colonización del Estado de activistas y militantes de Perú Libre en reemplazo de funcionarios y profesionales?
Si los servicios públicos que colapsan se suman al frenazo económico que reduce el empleo y aumenta la pobreza, la imagen de un Gobierno que se desmorona, de una sociedad que implosiona, emergerá al primer golpe de vista. La certeza de que el Estado comienza a derrumbarse ya empieza a formar parte del análisis político y de las proyecciones de la coyuntura.
Los ataques cibernéticos perpetrados contra la información de la sociedad –que debe ser resguardada y vigilada por el Estado– y los dimes y diretes entre la Reniec y la Presidencia del Consejo de Ministros pueden ser la primera campanada que nos indique de todo se desmorona por el nombramiento de los activistas y las portátiles de Perú Libre, el Movadef y los diversos sectores comunistas en lugares claves del Estado. Una primera impresión puede ser la siguiente: todo se cae a tal extremo que los datos sensibles de los ciudadanos ya no pueden ser protegidos por el Estado.
Al derrumbarse el Ejecutivo jala hacia abajo a todas las instituciones del Estado. Algo de eso se sintió cuando se aplicaron mayores dosis de vacunas contra el COVID a los adultos de la tercera edad. Una irresponsabilidad y barbarie. La credibilidad en el plan de vacunación del Estado fue seriamente mellada. Asimismo, frente al desborde de la criminalidad en Lima y en las ciudades del país, frente a la renuncia del Ejecutivo a restablecer la autoridad democrática y aplicar la Constitución en las zonas mineras y la falta de pasaportes, brevetes y DNI, el desplome del Gobierno empieza a ser parte del sentido común de la gente.
En este contexto, ¿qué va a suceder si la falta de previsión del Gobierno en el abastecimiento de fertilizantes se convierte en escasez de alimentos y una sensación de carestía generalizada? En el Perú puede faltar comida, no obstante que todavía sobran recursos. La ausencia de fertilizantes químicos por la coyuntura mundial y la invasión de Rusia a Ucrania puede ser la bomba nuclear que derribe los últimos sostenes del Gobierno.
La sensación de incompetencia e irresponsabilidad, de corrupción generalizada, hoy está asociada a la propuesta de la constituyente. Se cae el Gobierno, se cae el Estado y empieza a implosionar la sociedad. Si Castillo y Perú Libre continúan es porque el Congreso todavía se niega a llevar el vacío político que deja la destrucción nacional del gobierno del sombrero y del Foro de Sao Paulo.
Algo parecido empieza a suceder en Chile, aunque con grados diferentes en la destrucción. A lo mejor el colectivismo y las corrientes comunistas han llegado al poder por estos lares para luego irse por varias décadas.
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