LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
¿De candidato a jefe de Estado?
Expectativa nacional por el mensaje presidencial de Pedro Castillo
La mayoría de peruanos guarda la secreta esperanza de que el presidente electo, Pedro Castillo, a la hora de asumir la jefatura de Estado se distancie del programa de Perú Libre y rechace la convocatoria a una constituyente. Y se trata de una secreta esperanza porque la mayoría de peruanos no quiere un enfrentamiento entre compatriotas.
Si el presidente electo insiste en la constituyente y el plan de colectivizaciones anunciado en la campaña, entonces las guerras políticas desarrolladas en la última década, las ofensivas casi militares –en el terreno institucional– de Martín Vizcarra y Francisco Sagasti, seguramente se convertirán en simples prolegómenos. El Perú habrá avanzado a una disyuntiva aterradora: o persistimos en el camino de las libertades o nos embarcamos en una noche autoritaria.
De allí la enorme decisión histórica que enfrenta Pedro Castillo alrededor de la unidad de los peruanos o la continuidad de los enfrentamientos. Si el presidente electo opta por la moderación, por el camino de los centros y las convergencias, habrá encontrado un espacio natural para que las izquierdas y derechas desarrollen sus propuestas sobre la economía y posibilitará que el Estado se focalice en la reactivación económica y el plan sanitario para enfrentar una eventual tercera ola del Covid.
La trascendencia de que Castillo acabe con las indefiniciones en su mensaje presidencial, pues, es de urgencia. Otro de los elementos que definirá si el presidente electo se decide por el viraje o no, incuestionablemente será la conformación del gabinete. A estas alturas imaginar un gabinete viable es una quimera. Sin embargo, el presidente electo podría decidir por conformar un equipo ministerial sin el yugo ideológico de Perú Libre y con personajes no tan dañinos para la economía.
Para todos es sabido que la izquierda sabe mucho de ideología y política, pero nada de economía. Si el primer gabinete de Castillo es uno que no se proponga destruir la economía, el Perú habrá salvado el momento.
¿Si Castillo vira al centro estaría cometiendo traición como se señala en Perú Libre? De ninguna manera. Únicamente se trataría de reconocer el hecho de que el país está enfrentado como muy pocas veces en su historia, y de encontrar un camino de unidad nacional para encarar los problemas, sobre todo de los más pobres.
De otro lado, vale recordar la reciente historia política nacional, en la que los candidatos suelen ganar elecciones desarrollando campañas por la izquierda y suelen gobernar por la derecha. Un caso paradigmático es el del ex presidente Ollanta Humala, quien hacía gala del mismo radicalismo que hoy cultivan los militantes de Perú Libre.
Escuchar a Humala y comparar su mensaje con el radicalismo de Perú Libre es como establecer las diferencias entre un estadista y un simple agitador. El Estado y el poder no solo sacan lo peor de las personas, sino que también enseñan. ¡A virar, entonces, presidente Castillo!
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