LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Castillo ya no gobierna
El Ejecutivo se disuelve en medio de indefiniciones del Congreso
El secuestro de dos periodistas de Cuarto Poder revela que las fuerzas desatadas por el discurso inicial de Pedro Castillo, a favor de empoderar a las minorías radicales, simplemente se han desbordado. Más allá de los disfuerzos de los sectores progresistas para justificar la cuestionable acción de las rondas en contra de los periodistas y la libertad de prensa, es evidente que ese acto no se habría producido sin ese discurso que sembró odios en contra de “la Lima centralista” y a favor de la constituyente.
Sin embargo, a estas alturas todo indica que la acción de las rondas ya no tiene que ver con ninguna planificación en Palacio, porque el jefe de Estado solo busca salvarse de la avalancha de denuncias en su contra, y también porque se ha quebrado la alianza con Perú Posible y Vladimir Cerrón. No hay gobierno. A lo mucho hay algunos ministros que siguen trabajando y evitan que el colapso sea mayor.
En medio de esta ausencia general del jefe de Estado, el presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, señala que la inseguridad es responsabilidad de las Fuerzas Armadas y, en el acto, se produce una reacción sin precedentes en las últimas décadas: el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, integrada por las tres armas, rechaza abiertamente las declaraciones del Primer Ministro. El pronunciamiento revela el nivel de descomposición del Gobierno, el vacío que se ha creado en el país. Ante el derrumbe del Ejecutivo, las instituciones se fortalecen y buscan preservar su institucionalidad.
En cualquier caso, un nuevo hecho que nos revela que no hay gobierno y que ahora sí estamos a distancias siderales del objetivo comunista de la constituyente. La jalada de orejas al PCM es una instantánea sobre cómo se derrumba el Gobierno.
Quizá otro hecho que revela que las minorías radicales alentadas por los discursos iniciales de Castillo ya están actuando por la libre sea el decreto que pretende modificar la composición del directorio y de las autoridades de la Derrama Magisterial, un fondo privado supervisado por la Superintendencia de Banca y Seguros. El decreto habla de elección universal en la elección del directorio de la Derrama, como si las jubilaciones de los profesores fuese un asunto de democracia y como si el Estado pudiese intervenir en entidades privadas.
No es necesario mirar a la distancia –basta con una simple ojeada– para entender que detrás de esta norma está la estrategia del maoísmo para apropiarse de los fondos de los profesores. En este momento de debilidad extrema, ¿acaso Castillo se atrevió a dar el zarpazo a favor del sindicato magisterial que siempre promovió? Parece difícil. Todo indica más bien que los diversos sectores del Gobierno ya comienzan a actuar por la libre, sin necesidad de consultar al “número uno”, como se suele decir.
En cualquier caso, casi todos empiezan a entender que Castillo ya está vacado de facto. Ya no gobierna, por lo que la situación se vuelve más peligrosa. El tiempo para que el Congreso organice una salida de esta tragedia nacional comienza a agotarse. Debe resolver la inhabilitación de la vicepresidente, Dina Boluarte, y avanzar a organizar la transición al término de la distancia.
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