Castillo se inmiscuye en el Congreso

En un acto inusual en un jefe de Estado, Pedro Castillo visitó a la presidente del Congreso, María del Carmen Alva, para solicitarle que Perú Libre asuma la presidencia de la Comisión de Educación. ¿Acaso esa demanda no tenía que plantearla el vocero del grupo parlamentario? Enseguida la titular del Legislativo, en otro acto inusual, informó de la solicitud presidencial al pleno y trasladó la solicitud a la Junta de Portavoces de los partidos.

Dos horas después Perú Libre comenzó a recolectar firmas para una moción de censura a la titular del Legislativo y, de pronto, la gran convergencia de los partidos políticos democráticos y republicanos que derrotó a la bancada oficialista en la elección de la mesa directiva y la conformación del cuadro de comisiones, apareció desconcertada, votando de manera desordenada.

Felizmente, al cierre de esta edición, todo indicaba que la confluencia de bancadas –que suma 80 votos– se mantenía firme y el cuadro de comisiones de la Junta de Portavoces seguía adelante. Es decir, Renovación Popular presidiría la Comisión de Educación y no algún militante de Perú Libre, muchos de los cuales están vinculados al Movimiento por la Amnistía de Derechos Fundamentales (Movadef) y no tienen posiciones claras frente al fenómeno subversivo.

Dos conclusiones claras de estos incidentes. En primer lugar, al parecer en la mesa directiva del Legislativo todavía no existe la plena consciencia de la unidad de las bancadas para enfrentar al comunismo y el proyecto bolivariano de Pedro Castillo y Perú Libre. De lo contrario, una visita inesperada de Castillo no habría generado esa sensación de desconcierto que pareció apoderarse del hemiciclo cuando la titular del Legislativo informó de la extraña solicitud presidencial.

Si no se valora correctamente la importancia de la unidad de los sectores democráticos y republicanos en la lucha contra el proyecto bolivariano de Palacio, el asunto es grave. Asimismo, es necesario entender cuál era el principal objetivo del jefe de Estado: mantener la unidad de la bancada de Perú Libre. Todo indica que si la bancada oficialista no consigue la preciada comisión sería inevitable el fraccionamiento de 13 congresistas oficialistas, y se formaría un nuevo grupo parlamentario.

Si no se mantiene la unidad de la Junta de Portavoces podría suceder todo lo contrario: que se mantenga la unidad de Perú Libre y se desmorone la unidad republicana de 80 votos. La unidad entonces pasa a ser un elemento definitorio en la actual polarización política.

De otro lado, es absolutamente impensable que algún sector democrático y republicano siquiera considere la posibilidad de ceder la comisión de Educación a Perú Libre; es decir, a las corrientes comunistas más ortodoxas del país. Vale recordar que la ofensiva terrorista que desató Sendero Luminoso contra el Perú fue una guerra de maestros y estudiantes. En otras palabras, fue una guerra que se inició cuando el maoísmo comenzó a controlar la escuela pública.