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Batalla cultural en el Paseo Colón

Se intentó quemar la estatua del navegante genovés

Batalla cultural en el Paseo Colón
Víctor Andrés Ponce
14 de octubre del 2021


El 12 de octubre pasado un piquete de jóvenes comunistas y progresistas, cerca de las 4 de la tarde, se emplazó frente a la estatua de Cristóbal Colón, en el paseo del mismo nombre. Las versiones señalan que se pretendía quemar el monumento. Se logró manchar de pintura roja la estatua, sin embargo, los serenos y policías de Lima pusieron a resguardo la figura del navegante genovés.

Minutos después, de pronto, apareció otro piquete más numeroso, más aguerrido, de jóvenes que se emplazaron enfrente de comunistas y progresistas para defender la estatua de Colón. La escena podría ser una simple anécdota, sin embargo, tiene una enorme simbología: en el Perú comienzan a surgir dos ejércitos en una guerra cultural sin precedentes, una guerra cultural que no se presentó en Venezuela, Bolivia ni Chile.

Detrás del intento de mancillar la estatua de Colón, evidentemente, estaba la estrategia comunista y progresista de convertir a la herencia hispana en un personaje de los infiernos, como una manera de poner a América Latina en contra de Occidente. La idea de señalar al virreinato como la causa de todos nuestros males busca legitimar la humareda de “los pueblos originarios” como forma de justificar “la república plurinacional” y la ruptura del Perú con Occidente.

Se trata de la misma estrategia que mancilla todos los principales símbolos con los que ha emergido Occidente. Desde el ataque a las estatuas de los padres fundadores de Estados Unidos, pasando por las de Churchill, hasta los bustos de Cervantes, Colón y los conquistadores de las Indias. 

Antes de la constituyente en Chile, en el país del sur se quemaron iglesias y todos los símbolos de la hispanidad. De alguna manera la guerra cultural comunista adquirió niveles de sofisticación impensados. No hubo respuesta alguna y los ejércitos colectivistas avanzaron libres y se apoderaron de la cultura: el resultado la convención constituyente para instaurar “una república plurinacional”. 

El ataque a la hispanidad es una de las estrategias más cínicas en contra de la verdad histórica. El quechua, la comunidad campesina, la religión y la cultura andinas, son productos netos del Virreinato y de la corona española. Por lo tanto, casi absolutamente todo lo que conocemos como mundo andino es mestizo, hasta la propia comunidad campesina y las vestimentas andinas (copias fieles de sus pares de Castilla).

Detrás de este choque de ideas alrededor de la hispanidad existe una dimensión filosófica, histórica, cultural y política. Recuperar verdades en los territorios de la filosofía y la historia demandan el mediano y el largo plazo, pero los asuntos culturales y políticos son de extrema urgencia.

Ahora que América Latina se convierte en una réplica de la Guerra Fría del siglo pasado es urgente entender qué hay detrás de la guerra cultural de los seguidores del Foro de Sao Paulo. Es la única manera de alejar la amenaza totalitaria en el Perú y la región.

Casi estamos seguros de que detendremos el proyecto chavista de la administración Castillo. Sin embargo, sin una victoria en la guerra cultural, la amenaza retornará en muy pocos años. ¡Salvo la cultura todo es ilusión!

Víctor Andrés Ponce
14 de octubre del 2021

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