Abrazo de oso izquierdista

El gran pragmatismo y sentido de oportunidad de la izquierda

Luego de que Anel Townsend se convirtiera en el flamante jale de César Acuña para Lima, todos los vientos de la izquierda comenzaron a soplar en dirección de Alianza para el Progreso (APP). Periodistas, analistas, activistas e intelectuales, empezaron a colonizar al espacio del aparecido en las encuestas. Incluso se rumoreó que la propia Susana Villarán podría haberse declarado acuñista. Y para colocar la fresa en el helado de la zurda se anunció que “el estratega” (¡vaya!), Luis Favre, era importado del Brasil para poner los puntos sobre las íes de los nuevos agrupamientos acuñistas.

Semejantes noticias nos revelan que la izquierda peruana es quizá una de las más pragmáticas y con mayor sentido de la oportunidad en el continente. No se conoce una experiencia parecida en la que todas las fronteras parecen borrosas. La zurda no solo se subió con increíble facilidad al tanque de Ollanta Humala en el 2011 sino que, en la presente campaña electoral, ha apoyado a Verónica Mendoza, Sergio Tejada, Gonzalo García y, como las apuestas no funcionaron, se treparon al carro de PPK. Pero ahora, como el gringo no despunta, entonces a copar al hombre de la raza diferente se ha dicho. Así están las cosas en nuestra democracia sin partidos. El sentido del decoro ya no parece existir.

Como parte de los nuevos vientos izquierdistas también se nos quiere vender la idea de que el marketero Luis Favre es un  estratega capaz de ganar todas las batallas electorales. Una clara demostración de que el brasileño ha construido su imagen como una marca de chocolate.

¿En qué se pretende fundar el mito de Favre? Obviamente en el triunfo de Humala en el 2011. Pero, ¿se puede explicar la victoria nacionalista por alguna maroma de marketing? De ninguna manera. El triunfo de Ollanta es la expresión de un acto puramente político: el apoyo de Mario Vargas Llosa y Alejandro Toledo. Y también la victoria se explica porque la campaña humalista era la mejor financiada.

Para agrandar el mito se menciona la no revocatoria de Villarán pese a la decapitación de la mayoría de regidores. Sin embargo la no revocatoria de la ex alcaldesa es la expresión del grave error político de los revocadores: fueron incapaces de convencer a Luis Castañeda para que representara el proceso. Si eso sucedía no existía envoltura de caramelo que evitara el descabezamiento de la alcaldía. O, ¿sí?

¿A qué viene todo esto? Como parte de la crisis de la política y de los partidos, algunos pretenden señalar que el marketing puede reemplazar a la política. En todo caso, que un marketero como Favre pretenda desarrollar semejante aproximación, puede ser parte del juego. Finalmente el hombre es un profesional exitoso. Pero de allí a confundir a un político, a un estratega, con un publicista hay una distancia enorme que solo puede crecer en medio de la crisis pública nacional.

Si la campaña de Acuña avanza hasta hoy esto se explica por los éxitos del chotano que pretende representar al mundo emergente. Veremos si lo logra. Y si la vieja escuela aprista y el comando de PPK no reaccionan haciendo política como mandan las mejores tradiciones, entonces, la idea de un elenco estable que tiene todos los resortes y herramientas para imponer un escenario cederá paso  a enormes interrogantes. En cualquier caso el partido ni siquiera empieza.

Por: Víctor Andrés Ponce