¡Fracasa el extremismo magisterial!

La huelga convocada por el sector más radical del magisterio volvió a fracasar a nivel nacional. Una vez más, la tentativa de paralizar las clases no ha dado resultados. Los organizadores de la huelga —el profesor Pedro Castillo y un pequeño grupo de profesores vinculados al Comité Nacional de Reorientación y Reconstrucción del SUTEP (Conare-Sutep, cercano al Movadef de Sendero Luminoso), a Gregorio Santos del Movimiento de Afirmación Social (MAS) y al extremismo antisistema de Antauro Humala— han vuelto a ser derrotados por los mismos profesores que desconocen la legitimidad de la huelga.

A Pedro Castillo no le queda otra que aceptar la realidad: su liderazgo se circunscribe solamente a un reducido grupo de profesores altamente ideologizados que pretenden anteponer sus intereses políticos a los de los estudiantes, de la mayoría de profesores y del magisterio nacional. El intento de huelga ha dejado en claro que existen tres grupos pugnando por la preferencia de los docentes: el liderado por Ernesto Meza Tica, de tendencia Pukallacta; el CEN SUTEP, de Patria Roja (reconocido por las autoridades y el único cuyos dirigentes pueden negociar los pliegos de reclamos con el Ministerio de Educación); y el Comité Nacional de Lucha de las Bases Regionales del Sutep, del profesor Castillo, de clara tendencia extremista y antisistema.

Castillo ya no es el líder en las regiones. En Junín, el 0.9% de los profesores acataron la huelga. Unos 200 profesores realizaron una rala manifestación pública. En Huancavelica la huelga fue parcial, y en Ayacucho solo el 3% de los docentes se sumó a la huelga. ¿Qué pasó? Castillo está perdiendo bases. Sus intentos de formar sindicatos paralelos en la regiones, para fragmentar la unidad del sindicato, no es bien visto por la mayoría de los profesores. “Nos debilita”, dicen los docentes.

El profesor Ernesto Meza Tica, dirigente del Suter Cusco, asegura que solo algunos cuantos docentes vinculados al profesor Castillo se han sumado a la huelga, claramente política y divisionista. Asimismo, confirma que la huelga en Ayacucho ha sido relativa, justo donde se supone existen las bases más leales a Castillo. El ministro de Educación, Daniel Alfaro, ha confirmado que en Lima Metropolitana no hubo huelga, y que en Lima provincias el 97% de docentes acudió a clases y el 88% de estudiantes también. Unos 200 profesores intentando crear caos en el centro de Lima reflejan la debilidad de la organización de Castillo.

¿Por qué fracasa el profesor Castillo en su tercer intento de detener las clases de los escolares más pobres del país? Porque se opone abiertamente a la Carrera Pública Magisterial y a todos los criterios meritocráticos para la escuela pública. Castillo miente cuando dice que las evaluaciones magisteriales sirven para realizar despidos masivos. El profesor Meza piensa lo contrario: “Es un orgullo personal y profesional aprobar las evaluaciones. Si en la primera no se puede, que sea en la segunda. Ese es el reto”, sostiene el dirigente.

Lo mismo creen los más de 200,000 profesores que se han inscrito para participar en el Concurso de Nombramientos 2018, los que rendirán la Prueba Única Nacional el próximo 30 de setiembre. Asimismo, los 44,000 docentes que el año pasado pasaron por los filtros de la meritocracia y fueron nombrados, ascendieron a una escala magisterial o aprobaron la prueba de desempeño.

El profesor Castillo no puede desconocer esa realidad. A la mayoría de docentes sí les interesa que el mérito se instituya en la escuela pública. Castillo no puede proponerse acabar con la meritocracia en la escuela pública argumentando falsamente que se ha implementado de manera drástica una reforma magisterial a espaldas de los maestros.

“No habrá borrón y cuenta nueva”, planteó el ministro de Educación, Daniel Alfaro, el día que asumió la cartera del sector. En efecto, se debe continuar con las políticas educativas organizadas por el ex ministro del sector Idel Vexler. Por el contrario, “borrón y cuenta nueva” —y con toda firmeza— contra la ausencia de la meritocracia que se inició con el humalismo y que el profesor Castillo quiere volver a impulsar, organizando huelgas de corte político.