Arturo Valverde

Todo alcanza

Todo alcanza
Arturo Valverde
01 de junio del 2017

El sueño de la pinacoteca propia

Un día, en mi familia nos volvimos coleccionistas de arte. Todo empezó con unas estampillas que comprábamos en el jirón Quilca. Como éramos tan pobres, pensamos que una manera de hacer realidad ese loco sueño que compartíamos —tú sabes, la casa llena de cuadros de Picasso, Dalí, Chagall, Matisse, todos esos monstruos del arte— podíamos hacerlo realidad con esas figuritas.

Éramos los únicos pobres que podían tener a Van Gogh y Miguel Ángel en la palma de su mano. Era como volver a las tardes en que salíamos a la calle después de la escuela para comprar esos sobres con figuritas para nuestros álbumes. Antes de abrir los sobres, los pisoteábamos convencidos del tonto rito que debía darnos más suerte y protegernos del maleficio de encontrar una figura repetida. Tú preferías escupirlos y pisarlos.

Pasaron los años, conseguimos empleo y pensamos que era el momento de comprar algunos cuadros de verdad. Empezamos con unos dibujos de Óscar López Aliaga; luego, por ahí, en una borrachera, volvimos a casa con un cuadro de Martínez Málaga que habíamos comprado después de cinco litros de ron y coca cola.

Con el tiempo nuestra colección fue creciendo y la casa se fue llenando de unos telares prehispánicos que pedimos enmarcar a nuestro vecino, que por suerte es artista. Como la fiebre era incontenible, empezamos a recorrer el centro de Lima y dimos con unos grabados de José Camino Sánchez. Tu favorito es la gorda con sombrero y pintada de anaranjado. Luego pasamos a una etapa moderna y nos volvimos seguidores de las intervenciones de Jorge Cabieses, de quien guardamos una monotipia en la que se confunden Bambis y robots, y que cuelga al lado de dos obras de Berglund.

Las paredes de tu casa tienen un espacio reservado para las obras que deberán completar tu museo. Porque tu verdadero sueño, di la verdad, es convertir tu casa en un museo y ver cómo la gente que te visita se queda con la boca abierta y te pregunta ¿de dónde carajos sacaste todo eso?

Como te has propuesto comprar algunos cuadros este año, con la excusa de tu cumpleaños, empezaste a hacer cálculos; tú que apenas multiplicas, y según tú este año la haces. Cumplirás el sueño de tener en tu pared a Szyszlo, Tola, Lescano, Cabieses, Cajahuaringa y otros más, todos juntos. ¿Y el piano? ¿Cómo lo pagarás? Tú no te preocupes. Alcanzará. Todo alcanza.

Arturo Valverde

 
Arturo Valverde
01 de junio del 2017

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