Thorne no se equivocaba

Sobre el balance económico del gobierno

El nuevo ministro de Economía, Fernando Zavala, dice que fue un error del ministro Alfredo Thorne el ajuste del gasto para evitar que el déficit fiscal escapara fuera de todo control.

Muy por el contrario, eso es lo único en que Thorne no estuvo equivocado. Es Zavala quien está equivocado al anunciar, ahora como ministro de Economía, un aumento del gasto público. Es una maniobra sumamente peligrosa que puede acabar en el naufragio de la nave.

En efecto, Zavala está a punto de justificar el incremento del déficit fiscal con el argumento de que una política económica contracíclica basada en el gasto público va a sacar a flote a la nave, que ha encallado.

La verdad es que, si el ministro Zavala hace lo que anuncia, a fin de este año el déficit fiscal habrá superado el 3 por ciento del PBI y la deuda extrena para financiarlo habrá crecido por encima del 30 por ciento, lo que traerá consecuencias para la calificación de riesgo del Perú. 

La promesa de que ese aumento del déficit será solo temporal porque para el 2021 las cuentas estarán de regreso en terreno seguro no sino un canto de sirenas que hemos escuchado muchas veces antes y que siempre han conducido al desastre. Fernando Zavala no puede aseverar eso, además, porque él ya no estará en el cargo para el 2021. Nadie puede asegurarlo, en realidad. Hacerlo es, por lo tanto, puro autoengaño, la forma más perversa de engañar al pueblo porque ni siquiera hay un responsable.  

Falta desde el puente de mando una visión del destino al que la nave necesita dirigirse. La visión de una nueva frontera para la inversión privada en el siglo XXI.

No existe esa visión que el país necesita escuchar para despertar las expectativas. El gobierno solo dice asépticamente que, si los elementos químicos correctos están presentes, la vida debe nacer. Pero no nacerá si falta una atmósfera que respirar, porque una economía no es un objeto mecánico sino orgánico, no es una maquina sino una planta.

Las expectativas son esa atmósfera. Y, como el propio Keynes advirtió, cuando en ausencia de expectativas se inyecta dinero a una economía, solo se obtiene inflación sin crecimiento.

Solo la inversión privada va a sacar a la nave encallada. Pero el Ministro no está en el puente de mando , donde debe, sino en la sala de maquinas. Y tampoco en la sala de máquinas del barco ocurren los cambios que hacen falta.

Solo la creación masiva de nuevo empleo podría reducir la informalidad. Y para esto hace falta reformar la legislación laboral. Pero el gobierno teme la reacción de la oposición e intenta disimular hábilmente la reforma de la legislación laboral detrás de otras políticas. Lo único que revela con esto es que falta la decisión política de llevarla adelante.

El gobierno no puede esperar que la oposición comparta la responsabilidad de la decisión política, porque los peruanos lo eligieron para decidir sin esperar a que exista un consenso que lo exima de la responsabilidad de decidir.

El ministro Zavala debe tomar al toro por las astas en vez de ceder al canto de sirenas del gasto público para que parezca que la economía crece. El piloto de la nave no puede guiarse por las apariencias. 

Por: Jorge Morelli