Javier Agreda

Reconstruyendo un pasado olvidado

Reconstruyendo un pasado olvidado
Javier Agreda
31 de octubre del 2014

Sobre “Dora Bruder” la obra cumbre de Patrick Modiano, Nobel de Literatura 2014

Cuando hace un par de semanas la Academia Sueca le otorgó el Premio Nobel de Literatura 2014 al escritor francés Patrick Modiano (Boulogne, 1945), afirmó que lo hacía por “por el arte de la memoria con el que ha evocado los destinos humanos más inaprensibles y ha descubierto el mundo de la ocupación nazi de Francia”. Una afirmación que remite casi puntualmente a la novela Dora Bruder (1997), que muchos consideran como su obra maestra y en la que Modiano trata de reconstruir, a partir de un pequeño aviso real de un diario de 1941 (en el que se solicita información acerca de la adolescente Dora Bruder, aparentemente fugada de su hogar), la trágica vida de una joven francesa de ascendencia judía.

Lo que más llama la atención de Modiano en ese aviso es que la casa de la familia Bruder estaba precisamente en la calle parisina en la que él pasó su infancia, pocos años después. Por eso la reconstrucción comienza con la descripción de ambientes, calles y edificios en los que seguramente transcurrió la vida de Dora, hija de emigrantes y de condición muy humilde. Así, va creando el retrato del París de medio siglo antes, pero más que nada grafica la opresión, la angustia y hasta el terror que se vivió en la ciudad durante la ocupación alemana. Por ejemplo, al revisar los archivos de la estación de policía de su barrio de infancia, escribe:

“Como ya han transcurrido casi sesenta años, esos archivos nos van desvelando poco a poco sus secretos. La Prefectura de policía de la Ocupación ya no es más que un gran cuartel espectral a orillas del Sena. Al evocar el pasado se nos aparece como la terrorífica casa Usher, y nos cuesta creer que ese edificio, cuyas fachadas vemos a diario, no ha cambiado desde los años cuarenta”.

De lo físico, Modiano pasa a los estados de ánimo y al imaginario de los parisinos durante la ocupación. Pasa revista a algunos libros y autores de la época, y hasta vuelve a ver una película cómica que disfrutó especialmente en su niñez. Pero ahora la encuentra demasiado oscura y opresiva.

“Comprendí repentinamente que esa película estaba impregnada por las miradas de los espectadores del tiempo de la ocupación: espectadores de todas clases, muchos de los cuales no habían sobrevivido a la guerra”.

Finalmente llegamos a conocer el destino final de Dora: fugada de su casa, fue capturada por la policía y, debido a su origen judío, conducida a una cárcel parisina y de ahí al campo de concentración de Auschwitz, donde aparentemente tuvo un trágico final. Lo que Modiano hace con especial maestría en esta novela es hacernos tomar verdadera conciencia no solo de los horrores de la guerra, sino de la indiferencia con que buena parte de los parisinos presenciaron los excesos de los invasores, e incluso algunos hasta colaboraron con ellos. Como afirma Adolfo García Ortega, Dora Bruder “es Modiano en la cumbre de su narrativa”.

Por Javier Ágreda
31 - oct - 2014

Javier Agreda
31 de octubre del 2014

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