Guillermo Vidalón

No perder la perspectiva

No perder la perspectiva
Guillermo Vidalón
11 de noviembre del 2015

¿Hacia dónde debe orientarse la evolución de la economía?

Próximos a las elecciones generales del 2016, es necesario tener presente que la ciudadanía y sus líderes políticos no deben perder la perspectiva de hacia dónde debe orientarse la evolución de la economía nacional y la viabilidad social del país.

El Perú, según algunos estándares internacionales, es un país de Desarrollo Medio que casi ha detenido su positiva evolución social en el último lustro. ¿Qué nos pasó? Algunos políticos, quienes después se tornaron en autoridades, consideraron que el crecimiento ya era suficiente y que había llegado el momento de “La Gran Distribución”, cuando la efectiva y positiva distribución de la riqueza se da por medio del crecimiento económico, la generación de empleo, la adopción de nuevas tecnologías y la modernización del país para insertarnos de manera ventajosa en la dinámica productiva global.

La denominada “Aldea Global” es una oportunidad para el país, pero también un desafío para reacomodar nuestro aparato productivo a las demandas de la economía mundial. ¿Podemos acceder a ésta desde el Perú? Sí. El esfuerzo del Estado en suscribir Tratados de Libre Comercio está orientado a ese fin, a que se abran las puertas del comercio internacional para presentar lo mejor de nuestra oferta exportable; y en función a la demanda de nuestros potenciales clientes, diseñar los planes de negocio que nos permitan aprovechar ventajas comparativas.

Cuando se habla de ventajas comparativas nos referimos a nuestros productos tradicionales y a los que no lo son, aquellos que tienen mayor componente agregado y, por consiguiente, mano de obra con calificación más alta por las destrezas que van alcanzando gracias al empleo de nuevas tecnologías.

Lo que debemos tener presente, para no perder la perspectiva, es que la economía es la Gran Articulación de muchos actores. Desde lo local, pasando por lo regional, la esfera nacional y, finalmente, la internacional. La actividad de esa Gran Articulación consiste en vincular productores con consumidores, sin que necesariamente a estos últimos les interese la procedencia del producto.

¿Cuál es la gran enseñanza? Que para obtener las mayores ventajas de los consumidores debemos llegar a sus mercados con un buen producto y en condiciones óptimas. ¿Qué implica condiciones óptimas? Que más allá de controlar “La Cadena de Valor” al interior de la organización empresarial, incluyendo a los proveedores, también debemos cuidar esa otra “Gran Cadena de Valor” que se denomina Perú.

Si contamos con “Grado de Inversión” (que implica acceder a menores tasas de interés), y mejoramos significativamente en competitividad a nivel internacional; y, en adición, eliminamos la “Tramitología”, facilitamos las inversiones y decidimos reinvertir los impuestos recaudados en mejorar la infraestructura social y productiva, habremos logrado que la “Cadena de Valor” de cada uno de nuestros productos y servicios también tenga alcance nacional. Y, por lo tanto, habremos reducido más la pobreza y empoderado a nuestro recurso humano en una dinámica sin marcha atrás.

Si nuestros aspirantes a la presidencia en el 2016 tienen claro de que la Gran Distribución ralentizó el país e hizo perder posibilidades de generación de bienestar a millones de ciudadanos, y optan por la Gran Articulación, la perspectiva se habrá recuperado y el cambio hacia mejor está más próximo.

Por: Guillermo Vidalón del Pino

Guillermo Vidalón
11 de noviembre del 2015

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