Giovanna Priale

El acceso a la salud: ¿un derecho de todos?

Para ser un país justo y con igualdad de oportunidades

El acceso a la salud: ¿un derecho de todos?
Giovanna Priale
26 de enero del 2018

 

Hace poco alguien cercano me contaba que actualmente, a nivel mundial, morir de cáncer al colón es prácticamente producto de un descuido. Pero la realidad que enfrentamos en Perú es completamente distinta. Hoy día el cáncer en nuestro país sigue siendo una de las principales causas de muerte, y esto obedece a que la gestión pública en materia de campañas preventivas prácticamente ha desaparecido.

La atención en los policlínicos que deberían encargarse de las pruebas de descarte resulta limitada debido a que muchos de ellos no cuentan con los equipos necesarios. Es el caso de Essalud, lo cual retrasa la detección de la enfermedad. Cuando este tipo de cáncer es finalmente descubierto, muchas veces ya el paciente está en su fase terminal, y debe acudir a un hospital de alta complejidad.

En paralelo, en caso de pertenecer al SIS, el paciente —muchas veces no pobre— termina siendo subsidiado al 100%, y el Estado paga por las pruebas que debe realizarse en alguna institución privada.

Así, hoy los incentivos están totalmente desalineados. Ser formal y pagar por Essalud no garantiza calidad ni oportunidad de servicio; mientras que usar el SIS, aunque no seas pobre, por una deficiente focalización, termina beneficiando al que no paga ni un sol por su cobertura de salud.

Es más que evidente que este tema es de prioridad número uno para reordenar la provisión de la salud en nuestro país. Acotar el SIS y focalizar sus servicios debe ir de la mano con la independización de la financiación y de la provisión del servicio de salud. El esquema actual es ineficiente y corre el riesgo de resultar insostenible.

Essalud, los hospitales del Minsa, las Empresas Prestadoras de Salud (EPS), los complejos hospitalarios y las empresas de seguros ofrecen hoy día distintos paquetes de salud a tarifas diferenciadas. Pero solo los dos primeros ofrecen coberturas de enfermedades complejas en la ancianidad, a precios razonables.

Además tenemos una maraña de modalidades de pago, pues los trabajadores dependientes cotizan a Essalud y algunos también a una EPS, y se sobreponen los costos para el empleador, convirtiéndose el primer pago en un impuesto al trabajo, casi siempre sin contraprestación. En cambio, si eres independiente y no tienes seguro, podrías acceder al Minsa o a una clínica privada; pero dependiendo del tipo de enfermedad, los costos podrían resultar prohibitivos.

Ahora que tenemos nuevos aires en el Ministerio de Salud, la atención de estos problemas y el planteamiento de un plan de trabajo sensato en el que los trabajadores, dependientes e independientes, puedan pagar por un servicio básico con acceso a planes preventivos debe ser una prioridad, una condición necesaria para avanzar en el camino a ser un país con igualdad de oportunidades. Protegerse frente a un cáncer de colon debe ser un derecho al que pueda acceder cualquier peruano, independientemente de su condición económica. Eso es justicia.

 

Giovanna Priale
26 de enero del 2018

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